Durante su alocución, donde estuvieron presentes la primera dama de la nación azteca, Angelica Rivera de Peña y diversas autoridades civiles, militares y eclesiásticas, Francisco, señaló que el reto a afrontar por todos es lograr "una construcción auténticamente humana y una sociedad donde nadie se sienta víctima de la cultura del descarte".
Francisco tuvo palabras para los jóvenes mexicanos los cuales calificó de principal riqueza del país.
" Un pueblo con juventud es capaz de renovarse y transformarse. Un pueblo con juventud nos desafía positivamente".
Asimismo, señaló que el mayor reto del hombre es la edificación de la civilización del amor. Consagró su visita a la bendición de la Virgen de Guadalupe y se puso bajo su protección.
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