Zeid urgió a las autoridades a permitir la investigación independiente, incluida a cargo del personal de la ONU.
Rupert Colville, portavoz del Alto Comisionado en Ginebra, explicó que los informes provienen de varias fuentes creíbles, las cuales señalan que las violaciones habrían sido cometidas en la ciudad de Cizre durante un periodo de toque de queda para controlar a militantes sospechosos de terrorismo, durante un lapso que se extendió desde diciembre hasta marzo.
"Hemos recibido informes de civiles desarmados, incluidas mujeres y niños, que fueron disparados deliberadamente por francotiradores o desde tanques y otros vehículos militares. También parece haber una masiva destrucción de propiedad e infraestructura comunitaria básica", detalló el portavoz.
El Alto Comisionado condenó enérgicamente la violencia cometida por grupos de jóvenes y otros actores no estatales afiliados al Partido de los Trabajadores Kurdos en Cizre. No obstante, subrayó que es esencial que las autoridades turcas respeten los derechos humanos en las operaciones de seguridad y antiterroristas que llevan adelante.