Investigadores estadounidenses afirmaron que las personas con antecedentes familiares de alcoholismo tienen más posibilidades de padecer obesidad por preferir las comidas con elevada cantidad de calorías.
Según el estudio de la Washington University en St. Louis, las personas con una predisposición al alcoholismo podrían reemplazar la bebida con esos alimentos, dado que el alcohol y la comida chatarra estimulan las mismas partes del cerebro.
"La mayor parte de lo que comemos actualmente contiene más calorías que lo que ingeríamos en los 70 y los 80, pero además tiene las calorías -particularmente una combinación de azúcar, sal y grasa- que atraen a los llamados centros de recompensa en el cerebro", dijo Richard Grucza, quien trabajó en el estudio publicado en Archives of General Psychiatry.
Los investigadores añadieron que este fenómeno es aún más frecuente en las mujeres con una historia familiar de alcoholismo. En los hombres sucede lo mismo, aunque en menor grado.
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