El embajador de Colombia ante la ONU, Néstor Osorio, calificó hoy de “escandalosa” la posición de países como Nicaragua y Venezuela que no se han sumado a la condena internacional de la represión desatada por el régimen libio de Muamar el Gadafi.
Osorio defendió en una entrevista con Efe la decisión de su país, que ocupa un puesto de miembro no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, de aprobar la imposición de sanciones a Libia, pese a las divergencias en Latinoamérica acerca de la situación en el país magrebí.
“He recibido llamadas de apoyo (de algunos países), pero no he hablado con Nicaragua o Venezuela, que ya dijeron en Ginebra que no condenan a Gadafi, lo que es escandaloso, en mi opinión”, dijo el embajador de Colombia ante Naciones Unidas.
El representante diplomático destacó que Nicaragua y Venezuela son de los pocos países que no se han sumado a la condena internacional de la actuación del régimen de Gadafi por su violenta represión de las protestas populares que pedían un cambio político en el país.
“Yo no trataré de ser cuidadoso con Gadafi, y Colombia condena totalmente su actitud”, afirmó Osorio, quien calificó de “indignante” la actuación del Gobierno libio.
Según explicó, la delegación colombiana respaldó desde un principio la necesidad de sancionar al régimen libio y remitir su actuación a la Corte Penal Internacional (CPI), que fue lo que acabó haciendo el Consejo de Seguridad el sábado con la adopción de la resolución 1970.
Asimismo, señaló que los quince miembros del máximo órgano de seguridad no entraron de una manera deliberada en conversaciones acerca de la imposición de una zona de exclusión aérea o, incluso, una intervención militar.
Lo que todos entendemos es que hay más opciones y, de acuerdo con el desarrollo de los acontecimientos, veremos cuál es la apropiada y cómo se debe implementar”, apuntó el embajador.
A su juicio, en caso de que las fuerzas de seguridad libias empiecen a bombardear a la población civil, el próximo paso sería la creación de una zona de exclusión área sobre Libia.
“Ir a una intervención militar es una posibilidad muy difícil y espero que remota. Estoy seguro de que países como Rusia o China no estarían muy a favor”, resaltó.
Osorio consideró decisivo el apoyo de Estados Unidos a la CPI para que otras potencias del Consejo de Seguridad que tampoco integran del tribunal internacional aceptaran incluir esta medida en la resolución impulsada por Francia y Reino Unido.
La posición colombiana contrasta con la adoptada por Venezuela, Nicaragua o Cuba, que han acusado a los países occidentales de tratar de aprovechar la crisis libia para hacerse con el control del país.
El lunes en un acto público, el presidente venezolano, Hugo Chávez, dijo que no va a condenar desde la distancia al líder libio, sin saber lo que ocurre en ese país y afirmó que está seguro de que Estados Unidos distorsiona la realidad para justificar una invasión.
La situación en Libia ha sido hasta la fecha la crisis más grave que ha debido afrontar Colombia desde que empezó en enero su nuevo término de dos años como miembro no permanente de la principal institución de seguridad de la ONU.
Entre las responsabilidades que ha tenido que asumir su delegación están la presidencia de los comités de sanciones a Sudán e Irán, dos de los asuntos que permanentemente ocupan espacio en la agenda del organismo.
Además, Colombia ocupará en abril la presidencia rotatoria del Consejo, que este mes recae en China y que acaba de abandonar Brasil.
Osorio señaló el interés de su país en aprovechar esa circunstancia para centrar más la atención de la comunidad internacional en la situación en Haití, y mencionó la posibilidad de que el presidente Juan Manuel Santos se desplace a Nueva York para presidir una reunión sobre este asunto.
También indicó que, junto a Alemania y Portugal, Colombia volverá a tratar de que el Consejo de Seguridad incluya en su agenda los efectos del cambio climático como un peligro para la paz y la seguridad internacional.
Osorio defendió en una entrevista con Efe la decisión de su país, que ocupa un puesto de miembro no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, de aprobar la imposición de sanciones a Libia, pese a las divergencias en Latinoamérica acerca de la situación en el país magrebí.
“He recibido llamadas de apoyo (de algunos países), pero no he hablado con Nicaragua o Venezuela, que ya dijeron en Ginebra que no condenan a Gadafi, lo que es escandaloso, en mi opinión”, dijo el embajador de Colombia ante Naciones Unidas.
El representante diplomático destacó que Nicaragua y Venezuela son de los pocos países que no se han sumado a la condena internacional de la actuación del régimen de Gadafi por su violenta represión de las protestas populares que pedían un cambio político en el país.
“Yo no trataré de ser cuidadoso con Gadafi, y Colombia condena totalmente su actitud”, afirmó Osorio, quien calificó de “indignante” la actuación del Gobierno libio.
Según explicó, la delegación colombiana respaldó desde un principio la necesidad de sancionar al régimen libio y remitir su actuación a la Corte Penal Internacional (CPI), que fue lo que acabó haciendo el Consejo de Seguridad el sábado con la adopción de la resolución 1970.
Asimismo, señaló que los quince miembros del máximo órgano de seguridad no entraron de una manera deliberada en conversaciones acerca de la imposición de una zona de exclusión aérea o, incluso, una intervención militar.
Lo que todos entendemos es que hay más opciones y, de acuerdo con el desarrollo de los acontecimientos, veremos cuál es la apropiada y cómo se debe implementar”, apuntó el embajador.
A su juicio, en caso de que las fuerzas de seguridad libias empiecen a bombardear a la población civil, el próximo paso sería la creación de una zona de exclusión área sobre Libia.
“Ir a una intervención militar es una posibilidad muy difícil y espero que remota. Estoy seguro de que países como Rusia o China no estarían muy a favor”, resaltó.
Osorio consideró decisivo el apoyo de Estados Unidos a la CPI para que otras potencias del Consejo de Seguridad que tampoco integran del tribunal internacional aceptaran incluir esta medida en la resolución impulsada por Francia y Reino Unido.
La posición colombiana contrasta con la adoptada por Venezuela, Nicaragua o Cuba, que han acusado a los países occidentales de tratar de aprovechar la crisis libia para hacerse con el control del país.
El lunes en un acto público, el presidente venezolano, Hugo Chávez, dijo que no va a condenar desde la distancia al líder libio, sin saber lo que ocurre en ese país y afirmó que está seguro de que Estados Unidos distorsiona la realidad para justificar una invasión.
La situación en Libia ha sido hasta la fecha la crisis más grave que ha debido afrontar Colombia desde que empezó en enero su nuevo término de dos años como miembro no permanente de la principal institución de seguridad de la ONU.
Entre las responsabilidades que ha tenido que asumir su delegación están la presidencia de los comités de sanciones a Sudán e Irán, dos de los asuntos que permanentemente ocupan espacio en la agenda del organismo.
Además, Colombia ocupará en abril la presidencia rotatoria del Consejo, que este mes recae en China y que acaba de abandonar Brasil.
Osorio señaló el interés de su país en aprovechar esa circunstancia para centrar más la atención de la comunidad internacional en la situación en Haití, y mencionó la posibilidad de que el presidente Juan Manuel Santos se desplace a Nueva York para presidir una reunión sobre este asunto.
También indicó que, junto a Alemania y Portugal, Colombia volverá a tratar de que el Consejo de Seguridad incluya en su agenda los efectos del cambio climático como un peligro para la paz y la seguridad internacional.
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