Estados Unidos dijo este miércoles que todavía no ha decidido una estrategia a seguir frente a la crisis libia, y se defendió de las críticas que le acusan de lentitud para enfrentar la represión del gobierno de Muamar Gadafi contra los rebeldes.
Tras confirmar que altos responsables de la administración estadounidense se reunían este miércoles en la Casa Blanca para determinar la actitud a adoptar ante los acontecimientos de Libia, el portavoz del presidente Barack Obama, Jay Carney, intentó minimizar el encuentro.
“Sé que no es una reunión (que desembocará) en una decisión. Es una reunión en la que se repasarán y discutirán los acontecimientos en Libia, así como el conjunto de opciones que ya hemos adoptado y las que son disponibles”, explicó Carney en una rueda de prensa.
La revuelta popular contra el régimen del coronel Gadafi, que empezó el 15 de febrero, se ha convertido en un conflicto armado entre rebeldes y las fuerzas leales al líder libio, que ya se ha cobrado centenares de vidas.
La administración estadounidense parece haber retrasado la posibilidad de iniciar una intervención militar o imponer una zona de exclusión aérea Libia, al tiempo que Obama ha pedido varias veces a Gadafi que abandone el poder.
Ante las críticas del influyente senador republicano John McCain, pero también del rotativo The New York Times –que el martes dijo que Estados Unidos envía “mensajes contradictorios” sobre Libia lo cual debilita “el poder de persuasión estadounidense”– Carney se jactó de la rapidez con la que han sido tomadas las acciones de Washington en esta crisis.
“Hemos impuesto sanciones muy sólidas, como congelar más de 30.000 millones de dólares del régimen de Gadafi (en EEUU). Nos hemos coordinado con nuestros socios europeos para (determinar) otras sanciones en la ONU”, aseguró el portavoz de la Casa Blanca, quien también mencionó la asistencia humanitaria enviada por el gobierno.
Además, “las reuniones de la OTAN esta semana en Bruselas fueron convocadas por iniciativa de Estados Unidos, por el presidente” Barack Obama, señaló Carney. “Todo esto se ha producido en tres semanas”, dijo.
El portavoz estadounidense estableció un paralelismo con la guerra de Yugoslavia de 1992: “Se necesitaron tres meses para (conseguir) un embargo de armas entre las declaraciones de independencia eslovena y croata (…), en el caso actual se ha hecho en nueve días”.
“Después de que empezara la limpieza étnica en Bosnia en 1992, se necesitó un año para congelar los bienes y más de dos años para prohibir (a los responsables de esos actos) viajar. Una vez más, en la actual crisis, nuestras medidas han sido tomadas en menos de dos semanas”.
“Nunca se ha dado que la comunidad internacional, con la iniciativa de Estados Unidos, haya reaccionado tan rápido en este tipo de situaciones”, insistió el portavoz de Obama.
Sin embargo, Carney rechazó hacer alusión a un “programa de decisiones futuras”. “Es un proceso que está en curso. La revisión sigue, las opciones son afinadas, analizadas y estudiadas. Y, evidentemente, queremos trabajar con nuestros socios internacionales”, puntualizó.
Un alto responsable estadounidense, que pidió el anonimato, indicó a la AFP este miércoles que las decisiones sobre Libia podrían ser tomadas el jueves durante una reunión de los ministros de Defensa de la OTAN en Bruselas.
Por su parte, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, señaló el martes que la imposición de una zona de exclusión aérea debe ser una decisión tomada por la ONU y no por Estados Unidos. Pero China y, sobre todo, Rusia son reticentes a un dispositivo como este y pueden ejercer su derecho a veto en el Consejo de Seguridad.
EFP
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