Anunciada meses atrás por el presidente conservador Nicolas Sarkozy, el gobierno francés retiró su iniciativa de despojar de la nacionalidad francesa a los criminales extranjeros, en un ambiente de creciente preocupación por la subida de la ultraderecha en los sondeos, de cara a las presidenciales.
"Les pido que adhieran a esta posición de compromiso (ndlr: retirar la medida) que fue adoptada en acuerdo con el presidente de la República", reclamó el martes el primer ministro francés, Francois Fillon, a los diputados de la gobernante Unión para un Movimiento Popular (UMP, derecha).
Ante el riesgo de división en el seno del bloque de la UMP y la advertencia que habían lanzado sus aliados centristas de que rechazarían el artículo 3 bis del proyecto de ley de inmigración, el gobierno decidió dar marcha atrás pese a que esa medida había sido anunciada directamente por el mandatario frances.
En su "guerra nacional" contra la delincuencia en el marco de la cual retomó temas favoritos de la extrema derecha, Nicolas Sarkozy anunciaba hace menos de un año que despojaría de la nacionalidad francesa a criminales extranjeros.
"La nacionalidad debe poder ser retirada a toda persona de origen extranjero que haya atentado voluntariamente contra la vida de un policía, un gendarme o cualquier representante de la autoridad pública", afirmaba Sarkozy el 30 de julio de 2010 en Grenoble (sudeste), en un duro discurso en el que vinculó directamente inmigración y criminalidad.
Pero ante el hemiciclo el nuevo ministro francés de Interior e Inmigración, Claude Gueant, verdadero artífice de la política migratoria de Francia desde 2005, calificó el martes ese artículo de "puramente simbólico".
En el bloque mayoritario no faltaron reacciones furiosas como la del diputado Jacques Myard. "Es una imbecilidad dar marcha atrás", advirtió ese legislador, cercano a la opinión de la ultraderechista Marine Le Pen que habló de un acto de "cobardía de la UMP".
A principios de febrero, los senadores de izquierda y de centro rechazaron ese artículo, aprobado en septiembre por diputados en primera lectura.
La oposición socialista y organizaciones como SOS Racismo saludaron el "despertar republicano" de la mayoría parlamentaria por haber retirado una medida que la prensa calificaba de "demagógica e ineficaz", pero advirtieron que la retirada del artículo sobre la nacionalidad fue una "concesión" a cambio del respaldo al endurecimiento del dispositivo de expulsión de los indocumentados.
"Ese es el corazón" del texto legislativo, admitió Gueant a los diputados ante quienes defendió el proyecto gubernamental como "indispensable" para luchar contra la inmigración ilegal.
Gueant evocó directamente "el riesgo real" de una "afluencia súbita de inmigrantes" a raíz de las revoluciones en los países árabes en sintonía con Sarkozy, que días atrás advirtió sobre los "flujos migratorios incontrolables" procedentes de los países árabes al sur del Mediterráneo.
La preocupación que el liderazgo en la primera vuelta de las presidenciales de 2012 otorgan a la heredera de Jean Marie Le Pen dos sondeos recientes, parece estar dando rienda suelta a algunas voces de la derecha gubernamental.
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