Una quimioterapia, inicialmente para inhibir el crecimiento de las células cancerígenas, puede servir también para acabar con el parásito que causa la malaria, según reveló una investigación europea liderada por científicos de las universidades de Glasgow (Escocia) y Berna (Suiza).
Durante el estudio, los investigadores observaron que el parásito de la malaria depende de una vía de señalización presente en las células hepáticas del huésped y en los glóbulos rojos para poder proliferar en él.
Para ello, el parásito secuestra para sus propios fines a las kinasas (enzimas) activas en las células de los seres humanos. Sin embargo, cuando los investigadores utilizaron unos agentes quimioterápicos llamados inhibidores de la kinasa para tratar los glóbulos rojos infectados por la malaria, se consiguió frenar al parásito.
Hasta ahora, el parásito de la malaria conseguía ganar la batalla desarrollando rápidamente una resistencia a los fármacos mediante mutaciones y escondiéndose del sistema inmunitario del hígado y los glóbulos rojos del organismo huésped donde prolifera.
En cambio, el hecho de que el parásito tenga que secuestrar algunas de las enzimas de la célula en la que vive abre perspectivas para una nueva estrategia de lucha contra la enfermedad.
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