Científicos italianos aseguran haber inventado cómo enseñar tareas que requieren alta destreza a través de un simple programa informático y una webcam. Como se trata de Italia, ya lo usan para hacer el tortellini perfecto.
Los investigadores de la Universidad de Bolonia son tan entusiastas de su mundialmente famoso tortellini, que no han podido evitar inspirarse en él para desarrollar el software.
Celebrada por su rica gastronomía, la ciudad conocida en Italia como Bolonia "la gorda" (Bologna la grassa), ahora presume de un videojuego basado en su más tradicional plato, los pequeños rollos de pasta rellenos de carne que se dice están inspirados en el ombligo de la diosa Venus.
Hay que enrollarla con un fino papel para después convertirla en perfectos e idénticos paquetes requiere años de práctica. Tortellino X-perience ofrece a los jugadores una muestra de lo que hace falta.
Amasar y retorcer
El profesor Marco Roccetti, responsable de la programación junto a sus estudiantes, explica las dos razones por las que eligieron precisamente el tortellini.
"La primera es que queríamos encontrar una nueva manera de preservar la culinaria y la herencia cultural de la ciudad, la segunda es que hacerlos es muy difícil".
"Así que diseñamos la arquitectura de un juego basado en lo que era una dura tarea desde un punto de vista técnico".
Tortellino X-periencie es un juego de aprendizaje multimedia que combina un vídeo tradicional con una representación en tres dimensiones de las manos del jugador.
Los jugadores ven a un cocinero mostrando cada paso del complicado proceso que implica convertir la pasta en tortellini.
Luego, el programa observa las acciones del jugador, desde amasar y enrollar la masa hasta el corte, relleno y sellado que preceden al momento de retorcerla para convertirla en tortellini.
Los movimientos son escaneados por un programa de reconocimiento de gestos que emplea una simple webcam. Hasta que la imitación no es perfecta, no pasan al siguiente nivel.
"Me inspiré en un juego de entrenamiento que vi a unos monjes en un viaje de trabajo a un laboratorio de Sony en Japón", comenta Roccettti.
"Había una pantalla gigante en la que se proyectaban las acciones correctas, en duración y movimiento, que era escaneado por sensores. Los monjes tenían que copiar cada paso hasta aprender a la perfección la ceremonia del te tradicional".
Tortellino X-perience no está a la venta. Su diseño era una prueba. Y lo más importante, no requiere una videoconsola.
Ni un control remoto como la Wii, ni una costosa cámara en tres dimensiones como el Kinect.
Más allá del tortellini
Al poner el énfasis en el software, el juego de bajo costo no emplea más software que una cámara ordinaria y una computadora.
Pese a que el equipo universitario no planea lanzar al mercado el juego, el profesor Roccetti reconoce que su programa de reconocimiento de gestos podría ser útil en otros sectores.
"Hay otras aplicaciones para esta tecnología, como la medicina remota o la asistencia en la reparación de automóviles, aviones u otros sistemas".
"El software podría fácilmente ser usado en museos, escuelas o exhibiciones, permitiendo al público jugar con sus manos libres y con todo su cuerpo", comenta el profesor.
Y qué mejor lugar para enseñar Tortellino X-perience al público que un restaurante de comida tradicional boloñesa.
Los comensales de la Cantina Bentivoglio tuvieron la oportunidad de jugar a hacer tortellinis virtuales antes de sentarse a la mesa para disfrutar del verdadero plato.
Raffaella, que nunca había hecho pasta antes, salió entusiasmada. "Fue divertido y muy interesante, y realmente convierte hacer tortellini en algo más fácil de lo que podría ser".
Mientras, Alessandro, que normalmente se hace su propia pasta, encontró la simulación muy realista, pero mucho más fácil que la vida real.
"Si rellenarlo y retorcerlo fuera tan fácil", comentó.
Giacomo se fue más por lo filosófico. "Tal vez comer tortellini es más fácil que hacerlos".
Irónicamente, la persona que tuvo más dificultades con el juego era la jefa de la cocina del restaurante, Luisa, quien lleva años haciéndolo delante de los curiosos.
"Lleva 50 años haciendo pasta y resulta inútil con el juego", bromeó su jefe.
BBC