(AFP) - Unos 7.000 estudiantes de educación secundaria salieron este miércoles a las calles de Santiago de Chile para pedir mejoras en la educación pública, en el marco de una intensificación de las protestas que durante estas semanas mantienen paralizadas un centenar de escuelas.
La marcha de este miércoles, que no estaba autorizada por las autoridades, fue convocada por la Federación de Estudiantes Secundarios (Femes) y la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (Aces), y transcurrió por el centro de la capital con normalidad en su mayor parte.
Sin embargo, al finalizar la manifestación se produjeron disturbios, que Carabineros de Chile contuvo con bombas lacrimógenas y carros lanzaaguas. Al menos 3 reporteros gráficos resultaron heridos por pedradas, según constató la AFP.
Desde la semana pasada, más de un centenar de escuelas chilenas se mantienen “tomadas” por sus alumnos, cinco años después de que una masiva movilización de estudiantes, conocida como la ‘revolución de los pingüinos’, lograra poner en jaque al entonces gobierno de la socialista Michelle Bachelet.
“Aún no hay avances que permitan dar mayor transparencia, equidad y calidad al sistema universitario chileno y apoyar a las universidades tradicionales que hacen la mejor docencia y casi toda la investigación que se realiza en el país”, dijo en un comunicado Víctor Pérez Vera, rector de la Universidad de Chile, quien respaldó la manifestación.
Los alumnos exigen que la gestión de los colegios vuelva a ser del Estado -y no de los municipios- y que la tarjeta que da acceso al transporte público a un precio reducido se mantenga durante todo el año y no solamente durante el curso escolar.
También solicitan que se renueve la infraestructura de los colegios que fueron dañados por el terremoto del 27 de febrero del 2010 y que se mejoren las condiciones de los liceos técnicos profesionales.
A la protesta se unieron también un grupo de mineros subcontratados por la mina El Teniente de la estatal cuprífera Codelco, quienes mantienen una huelga que suma 22 días en demanda de mejoras laborales.
“Nuestro movimiento viene a apoyar a los estudiantes (…), que el Gobierno sepa que nosotros estamos acá y que estamos en una manifestación y no nos quieren escuchar”, dijo Maximiliano Muñoz, dirigente de los huelguistas.
Durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), la gestión de la educación pública pasó de depender del Estado a los entes municipales, con lo que los recursos económicos disminuyeron y su gestión se debilitó.
En paralelo, unas 20 universidades se mantienen ocupadas por sus estudiantes, que reclaman también un mayor aporte fiscal, y que convocaron para el jueves una masiva manifestación en Santiago.