(AP) — Uruguay reclamó la falta de asistencia a dos detenidos en Venezuela y Perú a los que consideró “presos políticos”.
El expresidente y senador del partido Nacional Luis A. Lacalle informó al Senado la situación del dirigente político venezolano Alejandro Peña Esclusa, detenido en ese país y quien a pesar de padecer cáncer de próstata en 10 meses no ha recibido tratamiento médico.
Al mismo tiempo, un grupo de diputados suscribieron una carta reclamando un “trato más humanitario” para el dirigente del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (Mrta), Víctor Polay, preso en Perú desde 1992. Polay y cerca de una docena de líderes de ese movimiento guerrillero fueron condenados por crímenes cometidos entre 1987 y 1995, entre ellos secuestros, asesinatos y ataques a un restaurante y al recinto de la embajada estadounidense en Lima.
Lacalle dijo que el gobierno de Venezuela encarceló a Peña Esclusa por sus denuncias verbales y penales en las que acusó al presidente Hugo Chávez por sus presuntos nexos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc). Peña Esclusa es un dirigente opositor acusado de esconder explosivos en su casa. El sostiene que los cargos son falsos y tienen motivaciones políticas.
El senador dijo que aunque fue operado de un tumor en la próstata, no le permitieron posteriormente recibir tratamiento médico y a su esposa que le lleve medicamentos.
En tanto, el coordinador de la bancada oficialista en la Cámara de Diputados, Gonzalo de Toro, hizo circular una carta firmada por otros legisladores en la que reclamaron al presidente electo de Perú Ollanta Humala, que el lunes visitó Uruguay, que trasladen a Polay de una cárcel militar a una civil.
El diputado Esteban Pérez declaró a El País que desde hace tiempo el Movimiento de Participación Popular -la principal fuerza de apoyo del presidente José Mujica- está preocupado por las condiciones de reclusión de los miembros del Mrta.
“Está pasando algo muy parecido a lo que sufrieron los rehenes durante la dictadura en Uruguay”, dijo Pérez, aludiendo a las duras condiciones de reclusión que atravesó un grupo de tupamaros -entre estos Mujica–durante el régimen de facto de 1973 a 1985.