EFE-El mundo del espectáculo se tiñó de duelo el 23 de marzo de 2011, cuando la
diva del cine, Elizabeth Taylor, falleció en el hospital
Cedars-Sinai Medical Center víctima de una insuficiencia cardiaca.
Un mes
después, el 30 de abril, el escritor argentino Ernesto Sábato,
falleció por una neumonía, 55 días antes de cumplir 100 años.
En julio
del 2011, el cantautor argentino Facundo Cabral fue asesinado
en una emboscada contra un presunto narcotraficante en Guatemala, donde llegó
para ofrecer un recital.
Sin podernos reponer de la pérdida, días después
la polémica cantante Amy Winehouse, de 27 años, fue encontrada
muerta en su apartamento de Londres. Según los informes médicos, la causa de su
muerte fue por el shock de un consumo excesivo de alcohol después de un período
de abstinencia de tres semanas.
En el mismo mes de julio, el cantante
colombiano Joe Arroyo apagaba su voz en la clínica La Asunción
de Barranquilla a causa de un paro cardiorrespiratorio.
En septiembre de
este año, el avión donde viajaba el conductor Felipe Camiroaga
sufrió un accidente, cayó y se desintegró en el océano Pacífico, causando la
muerte del chileno y de todo el equipo del matutino “Buenos días a
todos”.
La “diva de los pies descalzos”, Cesaria
Évora, también falleció este año, luego de sufrir un cuadro de
insuficiencia respiratoria y edema pulmonar.
En nuestro país, la querida
actriz cómica Analí Cabrera falleció a los 52 años víctima de
un cáncer de mama. Sus últimos años luchó por superar su enfermedad, hasta que
el 21 de julio, día de su cumpleaños se apagó su sonrisa.
Miguel
Tapia, líder del grupo Dudó, uno de los más reconocidos de la escena
ochentera, dejó de existir víctima de un paro cardiaco.
Finalmente, el
músico Félix Casaverde y el escritor Carlos Eduardo
Zavaleta, también fallecieron este año.
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