“Era una fiesta de Navidad como cualquier otra, con un árbol de Navidad. Los
regalos venían de ser abiertos cuando se produjo el incidente”, explicó el
sargento Robert Eberling, de la policía de Grapevine, a la AFP.
Alguien llamó a la policía el domingo a medio día desde el lugar de los
hechos, pero cuando el agente contestó, del otro lado de la línea ya no había
nadie. Entonces se decidió ir al ver qué pasaba, explicó.
Según el sargento Eberling, dos pistolas fueron encontradas al lado de los
siete cuerpos de personas de entre 15 y 58 años.
“Esto nunca había pasado” en Grapevine, subrayó el sargento
Eberling.