La preocupación por las prótesis mamarias de
la empresa francesa PIP llegó a Latinoamérica, una zona que fue un mercado
importante para esa firma y donde están algunos de los países en los que la
cirugía estética es más popular. En Venezuela, el director del Servicio Autónomo
de Contraloría Sanitaria (SACS) del Ministerio de Salud, Divis Antúnez, indicó
en una entrevista difundida hoy que hasta ahora no han recibido denuncias de
reacciones adversas a los productos de PIP.
El Ministerio de Salud
anunció que estará atento para recibir denuncias al respecto, al tiempo que
llamó a la calma a las usuarias de los implantes.
Más del 50 % de las
exportaciones de prótesis mamarias de PIP iba a países latinoamericanos, según
informaciones de prensa publicadas en los últimos días a raíz de la alarma
desatada por las sospechas de que la firma, que cerró en 2010, empleó silicona
industrial para fabricar sus implantes en la etapa final de su
andadura.
El pasado viernes, a raíz de un aumento de las denuncias por
rotura de las prótesis de PIP (Poly Implants Prothèses), el Gobierno francés
recomendó a las usuarias retirarlas de manera preventiva "y sin carácter de
urgencia", incluso si no muestran deterioro.
El Estado francés se
comprometió a pagar la intervención, aunque sólo subvencionará la colocación de
nuevos implantes en las pacientes que los llevan por motivos médicos y no
aquellas que se los pusieron con fines estéticos.
Las autoridades
francesas han señalado que hasta ahora no hay pruebas de que esas prótesis
aumenten el riesgo de cáncer, pero la preocupación se ha extendido como una
mancha de aceite.
En Brasil, Argentina, Chile y otros países
latinoamericanos las autoridades han llamado a la calma y han pedido a las
usuarias que presenten problemas que contacten con sus cirujanos o con las
autoridades sanitarias.
Se calcula que unas 300.000 personas en el mundo
usan las prótesis mamarias fabricadas por la empresa francesa, que llegó a ser
la tercera más importante del mundo en ese rubro, pero no hay cifras
oficiales.
Algunas fuentes han cifrado en unas 30.000 las francesas, en
13.000 las argentinas, en 25.000 las brasileñas, en 350 las chilenas y menos de
cien las panameñas que tienen dentro de sus cuerpos esos
productos.
Mauricio Dalessandro, un diputado de la provincia de Buenos
Aires, la más poblada de Argentina, trabaja ya en la redacción de un proyecto de
ley para que el sistema de salud provincial, tanto público como privado, trate
sin costo a las mujeres con prótesis de la marca PIP que, por temor a contraer
enfermedades, decidan recurrir a una cirugía para su extracción.
Hace
unos días una clínica de Buenos Aires anunció que se iba a hacer cargo del costo
que implica la cirugía de extracción y los honorarios profesionales, pero no del
nuevo implante, lo que ya generó críticas de las afectadas.
Argentina
ocupa el lugar número 19 en la lista de países con más procedimientos de cirugía
estética cosmética realizados en el mundo en 2010 por cirujanos plásticos
certificados.
Así lo señala la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica
Estética (ISAPS) en un informe dado a conocer en Bogotá la semana pasada por la
secretaria en jefe de la entidad, Lina Triana.
Estados Unidos está en el
primer puesto de la lista, seguido de Brasil, China, India y Japón. México
(puesto 6), Colombia (10), España (13), Venezuela (17) y Argentina (19) están
entre los 20 países del mundo donde más procedimientos estéticos, quirúrgicos y
no quirúrgicos, se realizaron en 2010, según la ISAPS.
En Brasil cerca de
25.000 mujeres usan los implantes de PIP, según cálculos de la Agencia Nacional
de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), que prohibió su comercialización en abril de
2010.
La semana pasada, la Anvisa recomendó a las pacientes brasileñas
que se realicen exámenes clínicos y solicitó a los cirujanos que notifiquen
todos los problemas médicos relacionados con los implantes.
Las
operaciones para aumentar el tamaño de los senos son los segundos procedimientos
quirúrgicos estéticos más requeridos en el mundo, solo superados por las
liposucciones, según la Sociedad de los cirujanos plásticos.
El pasado
sábado, las autoridades sanitarias chilenas instaron a las mujeres con prótesis
mamarias de la marca PIP a consultar con los médicos que se las implantaron y a
éstos a contactar a sus pacientes.
En Chile, según Teresa de la Cerda,
presidenta de la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica, se importaron unas 1.100
prótesis mamarias de la marca PIP y hay unas 350 mujeres que las
utilizaron.
En Colombia, el Instituto Nacional de Vigilancia de
Medicamentos y Alimentos (Invima, gubernamental) canceló a comienzos de octubre
de 2010 el registro sanitario de las prótesis mamarias de Poly Implant Prothese,
lo que implicó la recogida y destrucción de 9.497 unidades de prótesis que
existían entonces en el mercado nacional.
El Invima explicó entonces que
"la calidad del gel de silicona no corresponde a los estándares actuales para
los implantes mamarios, dado que se comprobaron índices de ruptura por encima de
los límites aceptables para el producto".
A finales de la semana pasada,
la Sociedad Colombiana de Cirugía Estética (SCCE) recomendó a las usuarias de
las prótesis de PIP que entraran en contacto con el médico tratante para
"verificar la necesidad del retiro del implante".
Lo mismo hizo el
presidente de la Asociación Panameña de Cirugía Plástica, Estética y
Reconstructiva (Apeper), Raúl De León.
EFE