Uno de cada cinco trabajadores padece alguna enfermedad mental, según un
estudio publicado por la OCDE que alerta sobre la incidencia de los problemas
mentales en la productividad y las dificultades del sistema para
detectarlos.
"Las enfermedades mentales son responsables de una pérdida
muy significativa de fuerza de trabajo, de altas tasas de desempleo y de una
gran incidencia en las bajas por enfermedad y en la reducción de la
productividad en el trabajo", señala el estudio "Sick in the Job? Myths and
Realities about Mental Health at Work".
Se trata de una materia difícil
de analizar donde muchos elementos importantes aún no se conocen o no se
comprenden, precisan los expertos de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE), que apuntan que uno de los principales problemas es
que en torno al 80 % de los afectados no recibe tratamiento.
Una clave
para la productividad es "asegurar que los empleados mantengan sus trabajos",
señala la organización con sede en París, que detecta que aquellos con los
citados problemas tienen un tasa de absentismo laboral superior al resto de
empleados y a menudo con bajas más prolongadas.
"Sin embargo, muchos
trabajadores con desórdenes mentales no se toman una baja pero rinden por debajo
de sus posibilidades", lo que incide en la productividad de la
empresa.
Hasta el 88 % de los trabajadores con problemas mentales reducen
parcialmente la productividad de la empresa para la que trabajan, agrega la
organización.
La mayoría de los afectados sufre "desórdenes mentales
moderados", tales como ansiedad o depresión, que muchas veces
coexisten.
La incidencia de ese tipo de casos resulta más onerosa para la
sociedad que el de los "desórdenes mentales severos", teniendo en cuenta "todos
los costes para el sistema de salud, la seguridad social y los empresarios",
señala la OCDE.
Por ello, las iniciativas para reducir el problema
deberían centrarse en ese tipo de enfermos, desde diferentes ámbitos.
Los
sistemas de salud, que se centran principalmente en los casos severos, no están
correctamente equipados para tratar los casos moderados y no investigan lo
suficiente en ese tipo de pacientes, subrayan los expertos, que recomiendan
"prevención en lugar de reacción".
También las empresas pueden ayudar a
reducir el problema, asegurando unas "buenas condiciones de trabajo para evitar
tensiones laborales" y favoreciendo prácticas de gestión suaves.
A los
responsables laborales se les recomienda, además, controlar el tipo de bajas
laborales "para detectar ausencias prolongadas o repetidas lo antes posible" y
aportar el apoyo adecuado, lo que puede evitar "despidos innecesarios provocados
por enfermedades mentales".
EFE