(AP) — Daniel Ortega ha dicho que gobernará con un perfil moderado, pero la
oposición nicaragüense teme que apenas se sacuda el lastre de las críticas
por su reelección endurezca el rumbo hacia una dictadura
institucional.
Asumirá su nuevo mandato el martes, pero su candidatura en los comicios de
noviembre de 2011 fue severamente criticada por la oposición que afirma pasó por
encima de una norma constitucional que prohibe la reelección inmediata.
Pocos días después de que el Consejo Supremo Electoral lo declarara ganador,
el mandatario sandinista, de 66 años, se vio obligado a calmar los ánimos al
ofrecer “no utilizar la Asamblea Nacional para cambiar el rumbo del
país”.
Ofreció además “estabilidad, paz, y tranquilidad” y llamó a sus opositores a
“trabajar juntos por Nicaragua”.
“Creo que Ortega iniciará este tercer período con un perfil
moderado, porque su mayor desafío es sacudirse las críticas locales y
foráneas por la ilegitimidad e ilegalidad de su reelección contra norma
constitucional”, dijo a The Associated Press Edmundo Jarquín, candidato a
vicepresidente por el Partido Liberal Independiente (PLI) en los comicios de
noviembre.
Consideró, sin embargo, que apenas logre atemperar la opinión publica
negativa Ortega “retomará su proyecto político sostenido, consistente en
construir una dictadura institucional”.
Agregó que “tiene una carga mesiánica que está en los límites del
delirio que lo impulsa a perpetuarse en el poder”.
El ex embajador sandinista en Washington, Carlos Tunnermann, dijo a la AP que
Ortega “podría reformar la constitución para establecer la reelección indefinida
que históricamente ha sido fuente de crisis y ha culminado con períodos de
violencia”.
El actual jefe de la bancada sandinista en el legislativo, Edwin Castro, dijo
a AP que su partido “no tiene en estos momentos ningún proyecto para
reformar la constitución”.
El Frente sandinista obtuvo 62 diputados, lo cual le permitiría a Ortega
reformar parcialmente la constitución por una mayoría calificada sin necesidad
de recurrir a un sólo voto de la oposición, representada por una bancada de 26
diputados del PLI y dos del otrora poderoso Partido Liberal
Constitucionalista.
Para Tunnerman, otro peligro en el nuevo período presidencial de Ortega sería
la institucionalización jurídica de los Consejos de Poder Ciudadano (CPC) para
establecer una “democracia directa” o “un populismo jerárquico” manejado desde
el Ejecutivo.
Los CPC son organismos populares del Frente Sandinista de Liberación Nacional
que sustituyeron a los Consejos de Defensa de la Revolución de los años 80 que
eran “ojos y oídos de la revolución”. Funcionan en los barrios y realizan todo
tipo de tareas que les indica el partido. Incluso se necesita el aval de
éstos para obtener un trabajo en el gobierno.
Castro dijo que los Consejos funcionan conforme a la Ley de Participación
Ciudadana y no debe haber cuestionamientos sobre su operatividad.
El ex candidato presidencial del PLI Fabio Gadea calificó a Ortega de
“presidente de mentira, hecho a la fuerza” por lo que aseguró que el país “va a
vivir en zozobra constante”.
Acuerdos entre Ortega y el parlamento
Agregó que “si Ortega quiere aparentar algo de legalidad democrática”
debe acordar con la oposición en el legislativo “cambios sustantivos en
los poderes judicial y electoral y en la Contraloría General de la República
para que adquieran algún grado de credibilidad”.
Julian Vilchez Baltodano, de 43 años, trabaja con su mujer y sus dos hijos
vendiendo agua fría o limpiando parabrisas de carros en los semáforos de la
Plaza de las Victorias, donde suelen hacer los actos oficiales del actual
gobierno. Dijo que espera que en el nuevo período presidencial le den trabajo y
poder salir de los semáforos.
Agregó que espera que el gobierno “nos dé casas para no seguir alquilando y
poder gastarlo (el dinero) en comida”.
Sobre la osición de Estados Unidos con el nuevo gobierno sandinista, Gadea
opinó que “Ortega gobernará tranquilo porque éstos no van a
hacer nada”.
El analista político y sociólogo Oscar René Vargas sostuvo que la situación
de Ortega ante Estados Unidos podría ser otra si un candidato republicano
derrota al presidente Barack Obama.
En tanto, Adolfo Acevedo, catedrático de Economía y asesor de varios
organismos de la sociedad civil, dijo que la cautela de Ortega está relacionada
con los nubarrones que ocultan los próximos comicios en Venezuela, que es de
donde provienen gran parte de los recursos que administra con discreción porque
no hay cifras ni confirmación oficial sobre la cantidad de dinero ni su
procedencia.
Sin embargo, Acevedo opinó que el mandatario contará en 2012 con una
ayuda de 600 millones de dólares proveniente del convenio petrolero con
ese país y unos 3.000 millones de dólares de ingresos fiscales para mantener su
proyecto populista.
Otra buena perspectiva para el mandatario, según Acevedo, es que los precios
internacionales de los productos que exporta Nicaragua –café, carne, azúcar y
oro, entre otros– están en alza.
“Ese dinero es mucho más de lo que dispusieron los gobiernos anteriores”,
dijo.
Agregó que Ortega procurará mantener la macroeconomía del país y las buenas
relaciones con el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Consejo
Superior de la Empresa Privada cuyo presidente, José Adán Guerra, aseguró a la
prensa local que empujarán el tratado comercial único con
México y la ratificación del Tratado de Asociación con la Unión
Europea.
Ortega, de 67 años, gobernó el país entre 1979 y 1984 como cabeza de una
junta de gobierno revolucionaria y luego como presidente electo de 1984 a 1990.
Casi dos décadas después ganó las elecciones nuevamente y asumió la presidencia
en enero de 2007.