A punto de ser aprobado, el pacto para reforzar la disciplina fiscal en Europa recibe ya una catarata de críticas, entre quienes dicen que es completamente inútil y otros que advierten contra el peligro de impulsar tanta austeridad, cuando ya no hay casi crecimiento.
El texto, oficialmente denominado "tratado sobre la estabilidad, la coordinación y la gobernanza en la Unión económica y monetaria", debe ser aprobado este lunes por veintiséis países de la Unión Europea - todos sus miembros salvo Gran Bretaña - durante la cumbre de sus dirigentes en Bruselas.
Se trata principalmente de una exigencia de la canciller alemana Angela Merkel, quien ha puesto como condición sine qua non que el pacto sea aprobado a cambio de la solidaridad alemana con los países en dificultades.
Pero son varios los países europeos que creen que este pacto es un sinsentido absoluto y que no servirá para combatir la peor crisis de la deuda europea. Es "inútil y perjudicial", señaló el ministro finlandés de Relaciones Exteriores, Erkki Tuomioja, al periódico Financial Times.
El tratado prevé una "regla de oro" que fuerza a los países europeos a equilibrar sus cuentas públicas. E impone sanciones casi automáticas contra los países que sobrepasen el límite del déficit exigido por Bruselas (0,5% del PIB).
"Es una regla de oro para satisfacer la política interna de Alemania", deploró.
Angela Merkel parece necesitar garantías de una gestión rigurosa en Europa para dar a cambio cheques a los países en crisis, pero "nosotros no recibiremos órdenes de nadie", subrayó el ministro socialdemócrata.
Cada vez son más numerosas las voces que alertan que Europa está derrochando energía con un pacto que necesita un proceso de ratificación muy complicado en cada país europeo, cuando la crisis amenaza ya con extenderse a todos los rincones de la Tierra.
"El tratado es completamente inútil", dijo el líder del partido Verde, Daniel Cohn-Bendit. "Todos los mercados dicen que no les interesa para nada; lo único que estamos haciendo es perder el tiempo", agregó.
Otros critican su eficacia. ¿Se puede aplicar un mismo pacto a realidades económicas, culturales y sociales tan diferentes? Y en lugar de corregir los desequilibrios con medidas de austeridad, ¿no habría que hacerlo impulsando medidas que impulsen el crecimiento?.
Los sindicatos europeos, hartos de los recortes, impuestos y medidas de austeridad que lo único que han hecho es aumentar el desempleo, la recesión y la frustración en la población, convocaron a una movilización general el 29 de febrero bajo el lema: "contra el pacto que institucionaliza la austeridad".
Pese a muchas reticencias, la casi totalidad de los países europeos prevé estampar su firma. Muchos de ellos lo hacen con la esperanza de que al menos el pacto sirva para convencer al Banco Central Europeo (BCE) de intervenir más. E incluso quizás flexibilice un poco a Alemania.
"La canciller alemena explicó que ella quiere asumir sus responsabilidades, comprometerse ante su coalición y ante el Bundestag (parlamento) para aumentar los fondos de rescate" de la Unión Monetaria, de 500.000 a 750.000 millones de euros, indicó una fuente gubernamental.
"Pero también aclaró que no puede hacerlo con las manos vacías, ya que corre muchos riesgos políticos internos, necesita una contrapartida, es decir necesita presentar un verdadero pacto fiscal", añadió.
afp