EFE).- Disidentes cubanos afirmaron hoy que no esperan nada relevante de la
visita de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, sobre la situación de
los derechos humanos en la isla, en una conferencia de prensa en La
Habana donde la viuda del preso Wilman Villar reclamó justicia por la muerte de
su esposo.
“Creo que en lo personal (Rousseff) puede estar preocupada por lo que sucede
en Cuba en materia de derechos humanos, pero no espero que pública o
abiertamente trate el caso” dijo José Daniel Ferrer, exrecluso de
conciencia del “Grupo de los 75″ y líder de la disidente Unión Patriótica de
Cuba.
A este grupo, creado en agosto de 2011, pertenecía desde septiembre Wilman
Villar, el preso que murió el 19 de enero tras una huelga de hambre
que inició en la cárcel, según afirma la oposición interna, mientas el Gobierno
niega ese ayuno y que fuera un disidente.
Sobre la visita que la presidenta de Brasil iniciará hoy en Cuba “hay
otros intereses, otras cuestiones y creo que eso se va a pasar por
alto. Desgraciadamente, como hizo (el expresidente de Brasil Luiz
Inácio) Lula (da Silva) cuando murió (Orlando) Zapata”, añadió Ferrer.
En la misma línea se pronunció, Elizardo Sánchez, de la Comisión de Derechos
Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), quien dijo que no espera “nada
relevante” de la visita de Rousseff “porque la política exterior del Gobierno
democrático de Brasil sigue lastrada por una interpretación anacrónica
del principio de no intervención”.
“La diplomacia brasileña, a mi juicio, tiene una asignatura pendiente en
cuanto a actualizar su enfoque del principio de no intervención, válido desde el
punto de vista político y del derecho internacional pero no en cuanto a los
derechos fundamentales”, dijo Sánchez a Efe.
Sánchez y Ferrer participaron en una rueda de prensa con medios extranjeros
en la sede de CCDHRN junto a Maritza Pelegrino, la viuda de Wilman Villar, quien
volvió a rechazar la versión oficial sobre el caso de su marido, al que el Gobierno considera un “recluso común” condenado a raíz de un
episodio de violencia doméstica, que recibió todas las atenciones médicas antes
de morir.
La viuda niega que su marido la agrediera -como sostiene la versión oficial-
en una disputa matrimonial que tuvieron en julio de 2011 y que acabó con
la detención de Villar y su puesta en libertad con cargos tres días
después.
Fue en septiembre cuando Wilman se sumó a la disidente Unión Patriótica de
Cuba, si bien Maritza Pelegrino afirma que su esposo ya era contrario al
Gobierno cubano porque “dejaron morir” a su padre en una prisión cinco años
atrás.
En noviembre, en un acto de protesta con otros disidentes de Contramaestre
(localidad del oriente de Cuba donde residía), Villar fue detenido, juzgado y
condenado a cuatro años de cárcel por “desacato, atentado y resistencia”.
En prisión inició una huelga de hambre, que hasta su muerte duró 48 días,
precisó la disidencia, con un paréntesis en diciembre ante la esperanza de
quedar en libertad, si bien retomó el ayuno al ver frustrada esa
posibilidad.
Ferrer indicó que Villar, que no padecía enfermedad alguna antes de
ingresar en prisión, según su esposa, estuvo en una celda de castigo en
condiciones insalubres y le quitaron la ropa, lo que pudo provocar la neumonía
que originó su muerte.
Su esposa ha denunciado que Wilman no recibió atención médica a tiempo y que
se le trasladó al hospital cuando su salud estaba ya muy deteriorada.
“Están mintiendo. Quieren matar también su imagen”, dijo
Pelegrino en relación a los argumentos ofrecidos por el Gobierno cubano.