Carreras como la música, el teatro o las artes antes eran
vistas como profesiones de segundo nivel, no en sí mismas, sino por el poco
futuro que le deparaba al alumno en el campo laboral. El mejor ejemplo es la
gastronomía, que actualmente es una profesión muy valorada en el mercado.
Por ello, el psicólogo educacional y clínico Sandro del
Negro explicó que es imprescindible que el joven que está por elegir la
carrera a la que probablemente se dedique el resto de su vida no pierda el
sentido de realidad. Además, recomendó tener tranquilidad y no dejarse presionar
por el entorno.
En ese sentido, Del Negro dijo que los padres, quienes
normalmente tienen una preocupación por el futuro de sus hijos, deben evitar
manipularlos para que estudien la carrera que ellos quieran, sino que
les digan lo que piensan con el afán de que el joven tenga elementos
para tomar una decisión madura.
“No se trata de manipular al hijo y convencerlo
de la profesión que los padres quieren para él, sino hacerlos mirar la realidad,
conversar con ellos, contarles sus preocupaciones, pero con mucho cuidado de no
transmitirles solo prejuicios ni querer manipularlos”, señaló el
experto.
Imaginar las consecuencias de alguien que estudió la
carrera que sus padres añoraban son previsibles y nefastas. “Cuando terminan la
universidad muchos de estos chicos pueden sentir que perdieron el tiempo
o que no fueron sinceros consigo mismo o con sus padres para enfrentar la
situación”, comentó al tiempo de indicar que terminan dedicándose a
algo que no les gusta y en otros casos, dejan el título guardado para empezar a
buscar lo que realmente quieren.
Actualmente, los alumnos tienen “menos tiempo
para elegir la profesión y hay más presión, pues las universidades compiten por
captar alumnos desde el colegio”, precisó.
Pero, ¿cómo ayudar a su hijo a encontrar la
vocación profesional que quiera y le asegure un futuro?. “Desde niños,
los padres pueden ir dándoles opciones de carreras y conforme vayan creciendo es
bueno que vayan experimentando las profesiones de más interés”, recalcó.
Del Negro aconsejó a los chicos con inquietud por alguna
profesión hablar con profesionales y visitar centros laborales para
respirar el ambiente en el que se podrían desenvolver en el futuro.
También recomendó conocer la profesión más afín con ellos, los cursos que se
imparten y las universidades que la ofrecen.
El experto no descartó la ayuda que son los
procesos de orientación profesional. “Hay chicos que tienen el panorama
claro, pero otros tienen muchos intereses o presentan complicaciones personales
como inseguridad o prejuicios. Estos deben ir a un psicólogo para hacer un
trabajo de orientación profesional”, dijo.
Para terminar, el especialista consideró fundamental
que los padres “confíen en el hijo, que es una persona diferente a ellos
y en la medida que tome con interés y pasión la carrera elegida, será muy
probable que salga adelante, incluso cuando sea una opción con menos
oportunidades”.
Para asegurar su futuro, “el joven estudiante
tiene que trabajar con mucha dedicación, esmero y tratar de entrar al mundo
laboral desde los estudios”, explicó tras advertir que el futuro
profesional “no puede esperar a terminar la carrera para recién ubicarse en su
profesión”.
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