"Este gen puede ser un componente necesario para la futura capacidad de
regenerar las células ciliadas externas. Sus mutaciones pueden afectar a
la audición en los seres humanos y ser responsable de algunos tipos de
sordera", afirmó David Ornitz, coautor del estudio.
Durante el experimento, los expertos trabajaron con ratones que
disponían del gen FGF20 inactivado y comprobaron que estaban sanos,
"pero que no tenían absolutamente ninguna capacidad de oír", informa Ornitz.
"Las aves y los reptiles son totalmente capaces de recuperar la
audición después de perderla a causa del ruido y de sufrir un daño. El
objetivo ahora es comprobar si este gen es necesario para conseguir una
respuesta regenerativa que permita oír de nuevo", concluye Ornitz.