El liderazgo chino, encabezado por el presidente, Hu Jintao, y el
primer ministro, Wen Jiabao, dieron oficialmente la bienvenida a la
Fiesta de la Primavera que se celebrará desde la entrada del Año Nuevo
en la madrugada del lunes hasta el 6 de febrero, Fiesta de las
Linternas.
Todos los miembros del Comité Permanente del Buró Político del Comité
Central del Partido Comunista de China (PCCh) acompañaron en la
celebración a Hu, Wen y al presidente de la Asamblea Nacional Popular (ANP), Wu
Bangguo
.
La llegada del año del dragón se producirá en la madrugada del 23 de
enero y la principal manifestación popular para darle la bienvenida y
ahuyentar los malos espíritus serán los petardos y fuegos artificiales, muchos
de ellos gigantescos, durante dos semanas.
Al oscurecer, las familias salen espontáneamente a la calle para encender los
petardos y fuegos, que sólo se pueden adquirir desde este fin de semana en los
quioscos autorizados.
La polémica sobre la manipulación de material pirotécnico, incluso por niños,
dio lugar a la prohibición de petardos y fuegos artificiales de 1993 a
2005 en Pekín y otras 300 ciudades, pero desde entonces se reaviva cada
año.
Según dijo al oficial "China Daily" un experto de la Academia de Ciencias
Sociales de China, que guardó el anonimato, los petardos y fuegos artificiales
son motivo de entretenimiento pero entrañan el riesgo de originar graves
incendios que causen muertos y heridos.
El día de la entrada del Año del Conejo en 2011 se
registraron 5.945 accidentes y unas pérdidas de unos 2 millones de dólares.
Unos 235 millones de personas, una media diaria de 5,88 millones, se
desplazan estos días por tren en China para pasar las fiestas con sus
familias, lo que implica el 6,1 por ciento más que en 2011, informó el
ministerio de Ferrocarriles.
Millones de trabajadores rurales y estudiantes regresan a casa, lo que
origina una gran demanda de billetes que obliga a poner trenes
suplementarios.
Este año, las dificultades para encontrar un billete, de asiento o de pie, se
agravaron porque el ministerio puso en marcha el nuevo sistema de
reservas por Internet -muy difícil para gente humilde que no
tiene ordenador- o por teléfono y han sido numerosas las quejas de que las
líneas siempre estaban ocupadas.
Aunque el objetivo oficial era aliviar las largas esperas para adquirir un
billete en ventanilla, los fallos en el sistema, reconocidos por el ministerio,
y la gran demanda han frustrado las expectativas de muchos viajeros, según los
medios oficiales chinos.