Es curioso ver como en algunos velorios la gente cuenta chistes, se ríe o lo toman más como un evento social. Son los niños los que están más conectados, porque se permiten expresar sus emociones y sentimientos de manera más libre que los adultos. Así lo expresó el psicólogo Gonzalo Elías.
“La muerte es algo natural. No hay que negarla. Cuando no se hace el duelo es más probable que en el futuro se caiga en algo patológico como una depresión. La pena o tristeza no es patológica. Hay que permitirse hacer el duelo, aunque vivamos en una sociedad que le tiene demasiado miedo al dolor”, expresó.
Cuando ocurre la muerte de un familiar cercano o el divorcio de los padres, los niños pueden creer que lo que ha pasado tiene alguna relación con ellos. “Los niños experimentan la realidad de una manera egocéntrica. No en un sentido patológico, sino propio de la niñez. De un aparato psíquico inmaduro”, precisó.
Por eso –agregó Elías– hay que manejar la situación con mucho cuidado, porque puede generar reacciones diversas en el niño. “Hay que tener en cuenta la edad del niño, la cercanía que tenga con la persona fallecida, y considerar su voluntad, pues que sea menor de edad no significa que no lo debamos escuchar”, dijo.
Y agregó que, la consigna es no sobreexponer, pero tampoco evitar. “No se trata de forzar al niño a ver algo un poco morboso, pero tampoco irse al extremo de la evasión. Eso lo observo mucho, pues por no querer enfrentar algo doloroso dejamos de hacer un duelo que es necesario para la persona”, recalcó el experto.
Sobre cómo consolar a un menor en estas circunstancias, Elías recomendó plantearle al niño que “la persona que ha muerto no necesariamente está en un lugar peor, de repente está en un lugar mejor. Además, hay que recordarle que todos vamos a morir”, explicó el especialista.
“Algo que alivia mucho a los niños es la idea de que más adelante te puedes reencontrar con ese ser querido”, indicó. El psicólogo educacional dijo que la fe ayuda mucho a valorar más la vida y a vivirla de manera más intensa, mientras que quienes no la tienen, experimentan la muerte de una manera más angustiante.
“La conciencia de la muerte, paradógicamente hace que uno valore más la vida y que tenga más consuelo. Si tienes fe, no ves a la muerte como el final. La ves como el inicio de una etapa más grande, más plena e incluso eterna”, puntualizó el experto.
¿Sabías que?
- No es negativo que el niño vea llorar a un familiar por la muerte de un ser querido cuando sea de forma adecuada y real.
- Es importante escuchar siempre a los niños y permitirles expresar su dolor.
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