La Duma o Cámara de Diputados de Rusia respondió hoy a las protestas antigubernamentales al aprobar una nueva ley de partidos que había sido demandada insistentemente por la oposición al presidente electo, Vladímir Putin.
"Literalmente todos reciben garantías legales, desde pequeños partidos a iniciativas populares o ciudadanos activos. Dicha apertura permitirá la aparición de una nueva forma de democracia en Rusia: la democracia participativa", aseguró el oficialista Serguéi Nevérov, vicepresidente de la Duma.
La ley, que fue aprobada por unanimidad por los 438 diputados presentes, de un total de 450, contó con el respaldo del partido oficialista Rusia Unida (RU), que está encabezado por el propio Putin, quien será investido presidente a principios de mayo.
El nuevo documento simplifica en gran medida los requisitos para el registro de nuevas formaciones políticas, que ahora no necesitarán 40.000 miembros para poder ser registrados ante el Ministerio de Justicia, sino sólo 500.
"A todos los ciudadanos que despertaron tras (las controvertidas elecciones legislativas) del 4 de diciembre se les da la posibilidad de expresar más activamente su postura política", afirmó Nikolái Lévichev, dirigente del partido socialdemócrata Rusia Justa.
Lévichev destacó que la ley, en cuya elaboración participó también la oposición no parlamentaria, supone "la llegada de la primavera política a Rusia".
También desaparece la exigencia de un número mínimo de afiliados en las regiones del país, requisito que dificultaba en gran medida el advenimiento de nuevos partidos y que ha limitado a cuatro los que tienen representación parlamentaria.
De acuerdo con la ley, las autoridades también deben explicar detalladamente a los partidos los motivos por los que deciden rechazar su registro y asesorarles para corregir los problemas que surjan durante el proceso de solicitud.
Además, se amplía de cinco a siete años el período en el que una formación política puede existir sin participar en elecciones federales.
"Ésta es nuestra respuesta a la calle", aseguró Alexéi Ostrovski, diputado ultranacionalista, a la agencia Interfax, en referencia a las protestas antigubernamentales de los últimos meses, las mayores en más de veinte años.
Nevérov subrayó que la nueva ley "permitirá atraer a la política a la minoría más activa" y adelantó que los nuevos partidos ya podrán participar en las elecciones locales que se celebrarán a finales de año en una decena de regiones rusas.
Estas medidas fueron anunciadas por el presidente saliente ruso, Dmitri Medvédev, durante su discurso sobre el estado de la nación pronunciado ante la Duma tras las multitudinarias protestas contra el fraude que siguieron a las legislativas de diciembre.
"En gran medida, esto ocurrió gracias a la actividad ciudadana y de la oposición, ya que la gente hablaba de ello en las calles", aseguró Serguéi Udaltsov, militante de izquierdas y uno de los dirigentes del movimiento "Por unas elecciones limpias".
No obstante, Udaltsov advirtió de que esto sólo es "el primer paso de la reforma política" y que ahora le toca el turno a la legislación electoral, ya que de lo contrario los prometidos cambios serán sólo "una imitación de reforma".
"Habrá centenares de partidos, pero no podrán formar bloques, elegir libremente a sus aliados. Bajo mi punto de vista, esto se contradice con la Constitución", señaló, en alusión a la ley que prohíbe formar coaliciones electorales.
No todos están contentos con la nueva ley, como el escritor y líder bolchevique Eduard Limónov, quien cree que ésta es una trampa tendida por el Kremlin a la oposición para debilitarla y provocar su división.
Según los expertos, la nueva ley, que debe ser aprobada por el Senado el 28 de marzo y después promulgada por el Kremlin, dará pie al nacimiento de decenas de nuevos partidos, como ocurriera tras la caída de la Unión Soviética en 1991.
Udaltsov y varios diputados de Rusia Justa, como Guennadi Gudkov e Iliá Ponomariov, adelantaron la pronta creación de una Unión Socialdemócrata, formación izquierdista que quiere aglutinar el descontento contra el Kremlin.
El expresidente soviético Mijaíl Gorbachov, que se ha convertido en uno de los mayores críticos de Putin, abogó por la nacimiento de un partido socialdemócrata como contrapeso a RU, una formación de corte conservadora.
El multimillonario Mijaíl Prójorov, el tercer candidato más votado en las elecciones presidenciales del 4 de marzo, anunciará en las próximas semanas el nombre de su partido, cuyo granero de votos estará en los profesionales liberales y la clase media urbana.
En un gesto de buena voluntad, antes de la aprobación de la ley el Tribunal Supremo de Rusia ya había revocado la decisión de disolver el opositor Partido Republicano, cuyo presidente es el liberal Vladímir Rizhkov, uno de los líderes de las protestas.
EFE