La secuenciación del genoma completo del melanoma confirma que la exposición a los rayos ultravioletas incrementa el número de mutaciones que originan la enfermedad y revela un nuevo gen vinculado a ella, informa hoy la revista "Nature".
El melanoma, una forma agresiva y letal del cáncer de piel, tiene una incidencia cada vez mayor en el mundo, ya que cada año se multiplica por diez el número de afectados.
"Nuestro estudio ofrece la primera visión en alta resolución del mapa genético de un conjunto de melanomas metastásicos y demuestra el papel de la radiación ultravioleta para producir mutaciones relacionadas con estos tumores", explica en su artículo Levi Garraway, el investigador principal del estudio.
Su equipo, formado por científicos de las universidades de Harvard y MIT (EEUU), secuenció el genoma completo de veinticinco melanomas metastásicos -aquellos que ya se han diseminado a otra parte del cuerpo- y midió el número de mutaciones genéticas en pacientes con distintos niveles de exposición a los rayos ultravioleta.
El porcentaje más alto de ellas se documentó en un enfermo de melanoma con una exposición crónica al sol, mientras que era intermedio entre los pacientes que habían recibido rayos ultravioletas sobre tronco y extremidades y bajo entre aquellos que sólo lo habían tomado sobre sus brazos y piernas.
Además de esta conclusión, los investigadores identificaron un conjunto de mutaciones genéticas recurrentes que no se habían relacionado antes con el melanoma y que afectan sobre todo al gen denominado PREX2.
Los científicos estudiaron este gen separadamente en 107 melanomas humanos y concluyeron que alteró su ADN en el 14 por ciento de ellos.
Estudios previos habían relacionado las mutaciones de este gen con la aparición del cáncer de mama, pero esta es la primera vez que se vincula al melanoma.
Aunque su función en el cáncer de piel está aún por determinar, el equipo de Garraway cree que podría ser responsable de acelerar la formación del tumor.
La investigación también reveló un "gran número" de mutaciones que afectan a otros genes además del PREX2, subrayó Garraway, y que conforman un "espectro de aberraciones genéticas".
Descubrir el papel de estas mutaciones en la aparición y desarrollo del melanoma permitiría nuevos avances en la comprensión de la biología de los tumores y en la búsqueda de tratamientos que se necesitan con urgencia, concluyó Garraway.
El melanoma, una forma agresiva y letal del cáncer de piel, tiene una incidencia cada vez mayor en el mundo, ya que cada año se multiplica por diez el número de afectados.
"Nuestro estudio ofrece la primera visión en alta resolución del mapa genético de un conjunto de melanomas metastásicos y demuestra el papel de la radiación ultravioleta para producir mutaciones relacionadas con estos tumores", explica en su artículo Levi Garraway, el investigador principal del estudio.
Su equipo, formado por científicos de las universidades de Harvard y MIT (EEUU), secuenció el genoma completo de veinticinco melanomas metastásicos -aquellos que ya se han diseminado a otra parte del cuerpo- y midió el número de mutaciones genéticas en pacientes con distintos niveles de exposición a los rayos ultravioleta.
El porcentaje más alto de ellas se documentó en un enfermo de melanoma con una exposición crónica al sol, mientras que era intermedio entre los pacientes que habían recibido rayos ultravioletas sobre tronco y extremidades y bajo entre aquellos que sólo lo habían tomado sobre sus brazos y piernas.
Además de esta conclusión, los investigadores identificaron un conjunto de mutaciones genéticas recurrentes que no se habían relacionado antes con el melanoma y que afectan sobre todo al gen denominado PREX2.
Los científicos estudiaron este gen separadamente en 107 melanomas humanos y concluyeron que alteró su ADN en el 14 por ciento de ellos.
Estudios previos habían relacionado las mutaciones de este gen con la aparición del cáncer de mama, pero esta es la primera vez que se vincula al melanoma.
Aunque su función en el cáncer de piel está aún por determinar, el equipo de Garraway cree que podría ser responsable de acelerar la formación del tumor.
La investigación también reveló un "gran número" de mutaciones que afectan a otros genes además del PREX2, subrayó Garraway, y que conforman un "espectro de aberraciones genéticas".
Descubrir el papel de estas mutaciones en la aparición y desarrollo del melanoma permitiría nuevos avances en la comprensión de la biología de los tumores y en la búsqueda de tratamientos que se necesitan con urgencia, concluyó Garraway.
EFE