Me gustaría saber si mi pelo es como el suyo". Esa improvisada petición al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de un niño de 5 años que sonrojó a sus padres, se ha convertido en la instantánea más querida en la Casa Blanca durante los tres años y medio de mandato demócrata.
Se ve en ella al presidente Obama delante de su mesa, agachando la espalda y mirando al suelo, mientras el pequeño estadounidense, vestido con camisa blanca y corbata para la ocasión, le toca el pelo al mandatario del país.
La fotografía de esa anécdota lleva desde mayo de 2009 colgada en el Ala Oeste de la Casa Blanca. Más tiempo que cualquier otra instantánea del equipo de fotógrafos de la oficina del presidente, destacó hoy el diario "The New York Times".
Una tradición tácita marca que los fotógrafos de la Casa Blanca, esos inseparables acompañantes del presidente que se mueven al ritmo de los "clicks", cuelguen regularmente en el Ala Oeste las mejores imágenes que generan.
Las fotografías seleccionadas se reemplazan regularmente, a medida que se celebran nuevas reuniones, recepciones, victorias e incluso derrotas políticas del presidente.
Se han ido sustituyendo, excepto la del presidente Obama y el niño de cinco años llamado Jacob Philadelphia.
La auténtica razón que llevó al menor a visitar al presidente Obama en el Despacho Oval fue que su padre, un exmarine que había formado parte durante dos años del Consejo de Seguridad Nacional, dejaba su puesto en la Casa Blanca.
Otra tradición tácita del microcosmos que es la Casa Blanca marca que los empleados que dejan su puesto pueden hacerse una foto, acompañados por su familia, con el presidente de turno.
Y así fue: los padres y sus dos hijos posaron con Barack Obama, mientras que Pete Souza, el jefe de fotógrafos de la Casa Blanca, les hizo las fotos de rigor.
Pero, cuando ya se disponían a salir del Despacho Oval, los dos hijos del matrimonio dijeron que querían hacerle una pregunta al presidente.
El pequeño, que es Jacob el de la foto, empezó, según relataron los presentes en la sala, y pasó a la historia.
Jacob, de cinco años, susurró algo a Obama. Tan suave fue el susurro, que el presidente le pidió que repitiera su petición. "Quiero saber si mi pelo es como el suyo", pidió el pequeño.
"¿Por qué no lo tocas y lo ves tu mismo?", respondió el presidente demócrata, para quien improvisar nunca ha sido su debilidad política.
El presidente bajó la cabeza al nivel del niño, que dudó. "Tócala, chaval!", insistió Obama. Y aceptó, le tocó el pelo, y el fotógrafo Souza hizo "click".
"Así qué, ¿qué te parece?", preguntó Obama, cuyo corte de pelo, muy corto, disimula los rizos propios de la etnia afroamericana.
"Sí, parece igual", contestó Jacob, que llevaba el pelo tan corto como el presidente y que también es afroamericano.
Uno de los más fieles asesores de campaña de Obama, David Axelrod, tiene colgada una copia de la foto en su despacho de Chicago (al norte del país), y la familia del pequeño, otra en el salón de su casa de Filadelfia (noreste), según relataron hoy medios locales.
Pete Souza, que fue reportero para el presidente Reagan, aseguró a "The New York Times" que la foto es la favorita del personal de la residencia presidencial, de los asesores del mandatario y de los visitantes.
Él mismo, que como fotógrafo ha tomado imágenes de Obama desde que era senador y decide qué instantáneas exhibir en la Casa Blanca, se ha resistido hasta ahora a descolgarla.
El pequeño Jacob, que tiene ahora ocho años, dice que quiere ser presidente del país, o piloto de pruebas.
Su padre, enviado por trabajo a Afganistán, cree que "es importante que los niños negros vean a un hombre negro como presidente".
"Ven posible alcanzar cualquier puesto si ven a otro negro en él", sentenció sobre el exitoso "click".
EFE