El científico inglés Steve Pearce aseguró que el espacio tiene un olor repugnante, una suerte demezcla entre "sudoración de pies mezclado con el olor del disolvente y la gasolina".
Según el experto, los astronautas no sienten el particular aroma porque están aislados del exterior, pero al volver a la Tierra se puede oler en sus trajes, guantes y herramientas.
De hecho, según refiere el portal RT, el hedor en las naves espaciales de la NASA recién aterrizadas es tal que provoca náuseas a los técnicos en tierra.
"No nos damos cuenta, pero a la hora de regresar a la Tierra un equipo ayudante que entra en la cápsula empezaba a temblar. Olía a sótano húmedo, a seres humanos, casi igual como en un vestuario de fútbol" comentó el astronauta Jean-François Clervoy.
EFE