Los europeos están decididos a aprovechar este "momentum" para luchar contra la evasión fiscal en el continente, tema principal de la reunión de este sábado de ministros de Finanzas de la Unión Europea (UE), pese a las fuertes resistencias de algunos miembros.
"Hay que actuar rápidamente", indicó el ministro irlandés, Michael Noonan, cuyo país ejerce la presidencia rotativa de la UE.
El viernes, seis países de los 27 miembros del bloque (España, Alemania, Francia, Italia y Reino Unido y Polonia), cinco de ellos las principales potencias europeas, dieron una conferencia de prensa común para mostrar su determinación para combatir el secreto bancario en Europa.
"Cuanto más países se sumen (a esta cruzada), más eficiente será", dijo el ministro español, Luis De Guindos. "Este es un proyecto abierto", insistió De Guindos, quien se congratuló sobre el acuerdo que Madrid firmó el viernes con Estados Unidos para intercambiar información tributaria.
"Creemos que hay un momentum ahora (...) cuando seis países se unen, esto envía una clara señal", dijo a su lado, el ministro francés Pierre Moscovici.
La lucha contra la evasión fiscal es tan importante para los países europeos que se incluyó en la agenda de la próxima cumbre de la Unión Europea, en mayo.
Y apenas unos días atrás, Luxemburgo anunció que levantará parcialmente su secreto bancario el 1 de enero de 2015, ante la presión de sus socios.
Una vez que Luxemburgo adopte la ley, significará el intercambio automático de datos sobre ciudadanos de la UE que tienen cuentas bancarias en Luxemburgo, con el objetivo de combatir la evasión de impuestos.
Ahora sólo queda convencer a Austria, la única que se resiste, pese a las presiones internacionales contra los paraísos fiscales y el fraude. Pero la ministra de Finanzas austríaca, Maria Fekter, insistió en que su país no piensa levantar el secreto bancario.
El "momentum" creció tras la divulgación de los Offshoreleaks, una filtración masiva de millones de archivos, con cuentas y documentos de 120.000 empresas pantalla y fiduciarias registradas en paraísos fiscales (Islas Vírgenes, Cook, Bermudas y otros lugares).
Francia, golpeada por el escándalo de un ministro que mintió sobre la existencia de una cuenta a su nombre en Suiza, y Alemania, con el gobierno de la canciller Angela Merkel decidido a ganar electores de cara a los comicios de septiembre, fueron los primeros en tomar cartas en el asunto.
La Comisión Europea estimó que este problema le cuesta al continente un billón de euros anuales, el equivalente al Producto Interior Bruto (PIB) de España.
España, Alemania, Reino Unido, Italia y Francia lanzaron el movimiento para que la UE cuente con una legislación equivalente a la FATCA (Foreign Account Tax Compliance Act) de Estados Unidos, una regulación muy estricta que obliga a los bancos a dar información sobre las cuentas de titulares estadounidenses. El viernes, Polonia se unió a la cruzada.
"Hay un viento que sopla a favor de la UE para levantar las opacidades, los obstáculos del secreto bancario", dijo Moscovici.
Luxemburgo cedió a las presiones de sus socios europeos y de Estados Unidos. La agravación de la crisis en Europa y las filtraciones sobre las cuentas que los ricos del planeta esconden en algunos paraísos fiscales, hacía insostenible la situación del Gran Ducado.
Sin embargo, Austria resiste. La ministra austríaca aclaró el viernes que su país "mantendrá el secreto bancario" y recordó que este está inscripto en la Constitución.
De todas maneras el país se declaró dispuesto a discutir de una mejora del intercambio de información bancaria de los residentes europeos para luchar contra el fraude fiscal.
El debate en Austria, reavivado por la perspectiva de las elecciones legislativas del 29 de septiembre próximo, opone a los socialdemócratas y demócratacristianos, los dos partidos de la coalición gubernamental en el poder desde 2008.
Fekter contraatacó el viernes al afirmar que lo que hay que hacer en realidad es "asfixiar los verdaderos paraísos fiscales de la UE", apuntando al Reino Unido, que alberga "varios paraísos fiscales en su jurisdicción (Gibraltar, las islas Caimán, las Islas Vírgenes)".
El ministro británico, George Osborne, señalo que su país negocia con esos territorios para intentar convencerlos de que tienen que poner fin a la criminalidad fiscal.
Si Viena no cede, los europeos podrían abandonar la normativa de unanimidad europea para las cuestiones fiscales, pero para eso "se necesita un cambio en los tratados", recordó Wolfgang Schauble.AFP