Con la moral alta por su victoria en marzo en Indian Wells tras una segunda mitad de 2012 de baja por lesión, el español Rafael Nadal comienza el domingo el Masters 1000 de Montecarlo (13-21 de abril), donde se ha impuesto en ocho ocasiones consecutivas (desde 2005).
Con sólo una derrota (en 2004) en 45 partidos en el Montecarlo Country Club, la presencia de Nadal este año tiene un sabor especial.
Llega como el quinto jugador de la ATP, algo que no ocurría desde 2005, por lo que su ya de por si superlativa hambre de victoria puede haberse acrecentado después de siete meses de parón en los que se perdió los Juegos Olímpicos, el Abierto de Estados Unidos y el Abierto de Australia.
Pero su regreso no ha podido ser más esperanzador. Logró en Indian Wells su 22º Masters 1000 (récord absoluto) al imponerse en la final al argentino Juan Martín del Potro.
Desde que volviera a las pistas tiene un balance de 17 victorias y una derrota (en la final de Viña del Mar contra el argentino Horacio Zeballos, 73º de la ATP), habiendo ganado a cuatro jugadores del Top 10 y sólo cediendo un set ante ellos.
Para no forzar sus articulaciones, Nadal decidió hacer un descanso y no participar en el Masters 1000 de Miami, donde se presentaba como el gran favorito.
En Montecarlo tiene un camino asequible hasta semifinales, donde se enfrentaría con el británico Andy Murray, precisamente el vencedor en Miami.
La serenidad de Nadal contrasta con los problemas del número uno mundial, el serbio Novak Djokovic.
Después de sufrir un esguince en el tobillo derecho el fin de semana pasado en la Copa Davis, su participación en Montecarlo ha quedado sujeta a su estado físico en el último momento antes de un torneo especial para él ya que se juega en la ciudad que vive.
Djokovic permanece en el cuadro y reanudó el entrenamiento el viernes con una suave sesión. Espera poder tomar parte en una competición que nunca ha ganado (finalista en 2009 y 2012).
En 2011 no participó por problemas en la rodilla y el año pasado fue capaz de llegar a la final en una semana en la que vivió un duro momento personal al perder a su abuelo, al que estaba muy unido.
Después de decepcionar en Miami (eliminado en octavos por el alemán Tommy Haas), Djokovic no debería tener problemas hasta cuartos, donde se encontraría con un rival duro como Del Potro.
Como el año pasado, el suizo Roger Federer es baja porque ha preferido descansar para preparar el resto de la temporada.
El español David Ferrer, número cuatro del mundo, tampoco estará por "problemas físicos" en un torneo en el que fue finalista en 2011 ante Nadal, con el que perdió por 7-5 y 6-4.