Tras la primera subasta realizada por el Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad) el pasado 26 de marzo, las empresas aún esperan por su liquidación de parte del Banco Central de Venezuela, según informó una fuente vinculada a los importadores.
Asimismo, la fuente advirtió que de no proceder la liquidación de divisas para cancelar la deuda al proveedor foráneo este podrían cerrar las líneas de crédito y no despachar otros productos.
Lea a continuación el trabajo especial publicado por el diario El Nacional sobre este tema.
Las empresas a las que les adjudicaron divisas el 26 de marzo, tras la primera subasta realizada por el Sistema Complementario de Administración de Divisas, todavía esperan por su liquidación de parte del Banco Central de Venezuela, informó una fuente vinculada a los importadores.Indicó la fuente que de no proceder la liquidación de divisas para cancelar la deuda al proveedor foráneo este podrían cerrar las líneas de crédito y no despachar otros productos. Explicó que luego de que la empresa cuya postura resultó adjudicada en la subasta de divisas tramitó la carta de crédito, único instrumento de pago admisible para poder tener acceso a la autorización de dólares, para poder cancelar las operaciones de importación, el agente financiero le solicitó al banco corresponsable o confirmador que le notificara al proveedor internacional que la carta de crédito estaba en condición de confirmada a los efectos de que procediera a despachar la mercancía en los términos convenidos.Algunos importadores ya cuentan con la constancia de embarque de la mercancía requisito que exige el BCV para transferir las divisas correspondientes al pago del proveedor, razón por la que la fuente proyecta que entre martes y miércoles de la próxima semana se podría concretar la cancelación de los pedidos.Numerosas trabas
La fuente afirma que se espera una segunda subasta. Proyectan que la pujaserá de hasta un millón de dólares y la paridad cambiaria será de 12 bolívares por dólar. Se pudo conocer que están negociando que sea el BCV el que asuma la responsabilidad de pago ante los proveedores extranjeros y no la banca privada ya que no cuenta con las divisas.Indicó que falta claridad en el proceso. Se requiere información sobre cuáles entidades financieras participaran, ya que todas no lo hicieron en la primera puja. Además si en esta oportunidad pedirán garantías en divisas para respaldar las cartas de crédito en caso de que el Gobierno falle en cancelar o no lo haga de forma oportuna.Agregó que los numerosos requerimientos que exige el Sicad podrían generar una baja participación de empresas en la segunda subasta. Sin embargo, para los que obtenían divisas sólo a través del Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera es la única alternativa para recibir dólares. “Son numerosas las trabas pero una posibilidad cierta de acceder a los dólares”, aseguró.La fuente añadió que tampoco se conoce si habrá un mecanismo alternativo a las cartas de crédito o si para la segunda subasta prolongar de 15 a 30 días hábiles el plazo establecido para que las empresas adjudicadas tramiten las cartas de crédito ante la institución financiera.Pago contra entrega
Las empresas participantes contaron a partir del 27 de marzo con 15 días hábiles para tramitar la carta de crédito ante la institución financiera. Además con un plazo de 30 días para completar el procedimiento de importación, el cual en algunos casos ya venció. Los entes jurídicos que no tengan la confirmación del despacho de la mercancía en los términos convenidos tendrán que continuar esperando por la liquidación de las divisas pues esta se realizará contra embarque.La Asociación Bancaria advirtió el pasado jueves que hay instituciones financieras medianas y pequeñas que carecen de líneas de corresponsalía con bancos fuera del país. Indicó que las pocas instituciones del sistema financiero que sí disponen de líneas para la apertura de cartas de crédito“mantienen un cupo muy limitado para el otorgamiento masivo de este tipo de facilidades de crédito”.
POR DULCE MARÍA RODRÍGUEZ / EL NACIONAL