Un juez poco conocido, Adli Mansur, prestó este jueves juramento como presidente interino de Egipto un día después de que el ejército derrocara al presidente islamista Mohamed Mursi que sigue bajo custodia militar.
Mansur, presidente del Tribunal Constitucional, fue designado por los militares para reemplazar a Mursi. En una breve alocución prometió "proteger el sistema republicano" y ser el "garante de los intereses del pueblo".
La caída de Mohamed Mursi, el primer presidente elegido democráticamente de la historia de Egipto, pone fin a un año de poder islamista marcado por repetidas crisis e importantes protestas populares, y abre el camino hacia una delicada transición en este país profundamente dividido entre partidarios y opositores al presidente derrocado.
El golpe militar en el país árabe más poblado del mundo suscita inquietud en el extranjero. Estados Unidos pidió analizar las implicaciones legales en la importante ayuda militar que otorga a Egipto, mientras que Rusia pide "moderación" a todas las partes.
Por su parte el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió que se restablezca rápidamente un régimen civil
En la plaza Tahrir de El Cairo, miles de egipcios celebraron durante toda la noche el derrocamiento de Mursi, menos de tres años después de festejar en este mismo lugar la caída de Hosni Mubarak, en febrero de 2011.
Este jueves todavía quedaban algunos grupos de manifestantes mientras los altavoces transmitían música patriótica.
"Victoria para la legitimidad popular", "El presidente derrocado por la legitimidad popular", "Egipto está de regreso", titulaba la prensa gubernamental e independiente. En cambio, el diario Horreya Al Adala de los Hermanos Musulmanes ignoró el derrocamiento y tiuló sobre las manifestaciones a favor de Mursi.
La situación política se precipitó el lunes, un día después de las inmensas manifestaciones contra Mursi, que dejaron varias víctimas mortales. El presidente, elegido hace un año, estaba acusado por sus detractores de querer instaurar un régimen islamista autoritario a favor de su movimiento, los Hermanos Musulmanes.
Los militares habían fijado el lunes un ultimátum a Mursi de 48 horas y el miércoles el ministro de Defensa, el general Abdel Fatah Al Sisi y nuevo hombre fuerte del país, anunció la destitución del presidente y la suspensión de la Constitución.
Tras el anuncio, las fuerzas de seguridad lo detuvieron y lo trasladaron a la sede del ministerio de Defensa. Mursi había afirmado en un video que seguía siendo "el presidente electo de Egipto" y denunció un "golpe de Estado completo, rechazado por los hombres libres del país".
Medidas contra los Hermanos Musulmanes
Este desenlace hace temer nuevos episodios de violencia. Desde el 26 de junio, 57 personas murieron, diez de ellas el miércoles por la noche en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y en los choques entre partidarios y detractores de Mursi.
El ministerio de Interior advirtió que respondería con "firmeza" a los disturbios y se desplegaron tanques en las calles de El Cairo.
Entre otras medidas contra los Hermanos Musulmanes, que llegaron al poder el año pasado tras 30 años de clandestinidad, el ejército puso bajo arresto domiciliario a la cúpula presidencial y se emitieron 300 ordenes de arresto contra los miembros del movimiento. Dos de sus dirigentes fueron detenidos, Saad al Katatni y Rashed Bayumi.
Una fuente judicial indicó que se emitió además una orden de arresto con el jefe de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Badie.
Un alto responsable del ejército confirmó la detención "de manera preventiva" de Mursi, que igual que Badie y varios dirigentes del movimiento tienen prohibido abandoanar el territorio egipcio.
La "hoja de ruta" de la transición política fue anunciada por el general Sisi tras conversaciones con el representante de la oposición, Mohamed ElBaradei, y con los principales dignatarios religiosos musulmanes y cristianos del país.
"Además de la suspensión provisional de la Constitución" la hoja de ruta prevé que "el presidente interino Adli Mansur se ocupe de los asuntos del país durante el periodo de transición hasta la elección de un nuevo presidente", anunció Sisi, subrayando que el ejército "permanecerá alejado de la política".
Las fuerzas armadas, que dirigieron el país durante 16 meses entre la dimisión de Mubarak y la elección de Mursi en junio de 2012, no precisó el tiempo de la transición.
Según el líder opositor Amr Musa, ya han empezado las consultas para formar un nuevo gobierno, que tendrá "plenos poderes".AFP