Las visitas del Sevilla a Camp Nou en las últimas temporadas han hecho rememorar una fecha que hace diez días cumplió una década, cuando ambos equipos disputaron un encuentro de madrugada, coincidiendo con la presentación en su estadio de la que iba a ser la estrella de la Liga, el brasileño Ronaldinho de Assis Moreira.
Un partido 'after hours' que el pasado 3 de septiembre cumplió diez años, y que desde entonces forma parte de las peculiaridades de la Liga española, repleta de episodios extravagantes, pero que hasta aquel 3 de septiembre del 2003 no contaba con un encuentro oficial disputado cinco minutos después de las doce de la noche y que acabó a las dos de la madrugada.
La razón por la que el Barcelona programó aquel partido, también conocido como 'el del gazpacho' en la madrugada del martes al miércoles, fue el nulo entendimiento que se originó entre el club catalán, el Sevilla y las exigencias de las selecciones, que reclamaba a los internacionales del Barça.
Como consecuencia de la cita de selecciones, el Barcelona negoció con el Sevilla para que el primer partido del campeonato, programado en el Sánchez Pizjuán para el domingo, lo adelantase al sábado, ya que en el segundo encuentro, intersemanal para todos, el conjunto catalán podía sufrir una diáspora y quedarse en cuadro precisamente en su choque contra el equipo de Joaquín Caparrós.
El Sevilla se negó, además de reclamar los dos días de descanso entre partidos a partir del domingo, que es cuando tenía que jugar contra el Athletic Club, por lo que el Barcelona no tenía más remedio que disputar el choque contra los sevillanos el miércoles, en lugar del martes como reclamó al Sevilla, hecho que debía ir correlacionado con que los sevillistas jugasen el sábado.
Ante la temida pérdida de muchos de sus internacionales, y quedarse sólo con doce jugadores del primer equipo, la recién estrenada directiva del Barcelona, presidida por Joan Laporta, cumplió con la exigencia de programar el partido el miércoles, pero lo ajustó a las 00:05 horas, horario que de sobra representaba 48 horas de descanso entre el último partido del Sevilla en su estadio y el del Camp Nou.
Aquella medida no tuvo muy buena acogida en la entidad sevillista, que si bien a regañadientes jugó el partido de madrugada, se sorprendió, igual que el Barcelona, del gran éxito que tuvo la ocurrencia, pues el Camp Nou reunió a 80.236 aficionados, quienes pudieron disfrutar de la puesta en escena del que sería el 'crack' de la Liga, el brasileño Ronaldinho.
Aquel partido, que finalmente no fue transmitido por televisión porque el operador no lo consideró atractivo, concluyó con el resultado de 1-1, tras una gran fiesta deportiva y social, ya que en los prolegómenos el club catalán inauguró una nueva manera de estimular la previa de los encuentros en el Camp Nou, con un servicio de comidas de la zona del equipo rival y la interpretación del himno azulgrana por diferentes artistas, entre otros.
Para el partido contra el Sevilla, no pudo faltar en el menú de madrugada el gazpacho, que dio nombre al encuentro ('el partido del gazpacho'), además de tabletas de chocolate, pan, embutidos, digestivo y dulces, que hicieron las delicias de los miles de aficionados, quienes disfrutaron de un 'picnic' de medianoche para combatir el insomnio.
Al final, el Barcelona pudo amarrar a algunos de sus internacionales, no a así a los holandeses. El Barça formó aquella madrugada con: Valdés; Puyol, Márquez, Andersson, Óscar López; Xavi, Gerard López, Luis Enrique; Ronaldinho, Sergo García y Quaresma.
Reyes marcó para el Sevilla en el minuto 9 (0-1), mientras que el gol de la noche, y que quedó fijado con letras de oro, fue el que anotó Ronaldinho en el 58, en un trallazo desde fuera del área tras sortear en carrera desde el centro del campo a dos oponentes (Martí y Casquero). Había nacido aquella madrugada una larga historia de amor entre el Barça y el Gaucho.EFE
Un partido 'after hours' que el pasado 3 de septiembre cumplió diez años, y que desde entonces forma parte de las peculiaridades de la Liga española, repleta de episodios extravagantes, pero que hasta aquel 3 de septiembre del 2003 no contaba con un encuentro oficial disputado cinco minutos después de las doce de la noche y que acabó a las dos de la madrugada.
La razón por la que el Barcelona programó aquel partido, también conocido como 'el del gazpacho' en la madrugada del martes al miércoles, fue el nulo entendimiento que se originó entre el club catalán, el Sevilla y las exigencias de las selecciones, que reclamaba a los internacionales del Barça.
Como consecuencia de la cita de selecciones, el Barcelona negoció con el Sevilla para que el primer partido del campeonato, programado en el Sánchez Pizjuán para el domingo, lo adelantase al sábado, ya que en el segundo encuentro, intersemanal para todos, el conjunto catalán podía sufrir una diáspora y quedarse en cuadro precisamente en su choque contra el equipo de Joaquín Caparrós.
El Sevilla se negó, además de reclamar los dos días de descanso entre partidos a partir del domingo, que es cuando tenía que jugar contra el Athletic Club, por lo que el Barcelona no tenía más remedio que disputar el choque contra los sevillanos el miércoles, en lugar del martes como reclamó al Sevilla, hecho que debía ir correlacionado con que los sevillistas jugasen el sábado.
Ante la temida pérdida de muchos de sus internacionales, y quedarse sólo con doce jugadores del primer equipo, la recién estrenada directiva del Barcelona, presidida por Joan Laporta, cumplió con la exigencia de programar el partido el miércoles, pero lo ajustó a las 00:05 horas, horario que de sobra representaba 48 horas de descanso entre el último partido del Sevilla en su estadio y el del Camp Nou.
Aquella medida no tuvo muy buena acogida en la entidad sevillista, que si bien a regañadientes jugó el partido de madrugada, se sorprendió, igual que el Barcelona, del gran éxito que tuvo la ocurrencia, pues el Camp Nou reunió a 80.236 aficionados, quienes pudieron disfrutar de la puesta en escena del que sería el 'crack' de la Liga, el brasileño Ronaldinho.
Aquel partido, que finalmente no fue transmitido por televisión porque el operador no lo consideró atractivo, concluyó con el resultado de 1-1, tras una gran fiesta deportiva y social, ya que en los prolegómenos el club catalán inauguró una nueva manera de estimular la previa de los encuentros en el Camp Nou, con un servicio de comidas de la zona del equipo rival y la interpretación del himno azulgrana por diferentes artistas, entre otros.
Para el partido contra el Sevilla, no pudo faltar en el menú de madrugada el gazpacho, que dio nombre al encuentro ('el partido del gazpacho'), además de tabletas de chocolate, pan, embutidos, digestivo y dulces, que hicieron las delicias de los miles de aficionados, quienes disfrutaron de un 'picnic' de medianoche para combatir el insomnio.
Al final, el Barcelona pudo amarrar a algunos de sus internacionales, no a así a los holandeses. El Barça formó aquella madrugada con: Valdés; Puyol, Márquez, Andersson, Óscar López; Xavi, Gerard López, Luis Enrique; Ronaldinho, Sergo García y Quaresma.
Reyes marcó para el Sevilla en el minuto 9 (0-1), mientras que el gol de la noche, y que quedó fijado con letras de oro, fue el que anotó Ronaldinho en el 58, en un trallazo desde fuera del área tras sortear en carrera desde el centro del campo a dos oponentes (Martí y Casquero). Había nacido aquella madrugada una larga historia de amor entre el Barça y el Gaucho.EFE