El Mesicic evalúa los dispositivos jurídico-institucionales con los que cuentan los países miembros para enfrentar la corrupción, con el objetivo de sugerir medidas que permitan avanzar en la implementación de las disposiciones del tratado internacional, así lo explicó González desde Washington durante la 22da Reunión Plenaria del Comité.
“Desde el año 2002, los Estados Parte han trabajado arduamente para responder a las exigencias del Mesicic, con informes detallados sobre las disposiciones de lucha contra la corrupción con las que cuentan y cómo se cumplen”, dijo.
También señaló que los países miembros no necesariamente adoptan las recomendaciones tal como son formuladas, sino que las ajustan de acuerdo con sus dispositivos legales y su realidad.
Añadió que en el portal de la Organización de los Estados Americanos (OEA) se encuentran publicados los informes nacionales de avance, hemisféricos y de progreso. Asimismo, en el portal web de la CGR están los informes que Venezuela ha presentado en la OEA y los avances del país en materia de lucha contra la corrupción en los términos previstos en la Cicc.
En el encuentro, la Contralora General aseguró que los avances de Venezuela respecto a la implementación de las recomendaciones y medidas sugeridas por el Comité en las tres primeras rondas de análisis han sido significativos. Entre los principales aspectos desarrollados destacan la promulgación de leyes en diversos ámbitos, normas en materia de calidad moral y ética; jornadas de capacitación de funcionarios de la administración pública y ciudadanos vinculados con el ejercicio del Poder Popular en materia de control, virtudes cívicas y democráticas, derechos humanos, valores ciudadanos; así como la creación de sistemas de control y la aprobación de manuales de normas y procedimientos.
Finalmente, la Contralora reiteró que el máximo órgano de control está comprometido con la lucha anticorrupción emprendida por el Estado venezolano y “está dispuesto a convertirse en un modelo regional de referencia en el combate de este flagelo como un fenómeno transnacional”.