El sacerdote católico español Aníbal Gómez, de 67 años y originario de Asturias, fue asesinado este miércoles en Panamá en la residencia del también religioso español Carlos María Ariz, obispo emérito de Colón y Guna Yala, ubicada en la provincia caribeña de Colón, en un hecho que la policía panameña atribuye inicialmente a un robo.
Todavía con vida, aunque con supuestas lesiones de puñal y golpes en diversas partes del cuerpo, amordazado y amarrado, Gómez fue encontrado dentro de la vivienda por una empleada del servicio doméstico de Ariz, oriundo de Navarra, de 84 años. La mujer intentó buscar auxilio pero sufrió un ataque de uno de los presuntos homicidas, quedó inconsciente y cuando reaccionó y logró reponerse ya el español había muerto, según los primeros informes de fuentes religiosas.
En su cuenta de Twitter, la Arquidiócesis de Panamá informó que monseñor Ariz “no se encontraba en su casa cuando ocurrió el lamentable suceso que segó la vida” del padre Gómez. Tras ser notificado de lo ocurrido en su residencia, Ariz debió ser conducido a un centro médico para ser atendido, informaron fuentes oficiales.
Los primeros datos del suceso trascendieron poco después de la una de la tarde de Panamá (19:00 GMT). El hecho ocurrió en Colón, segunda ciudad de Panamá y la más importante en el área del Caribe, y se está a la espera de un informe oficial sobre lo sucedido.
“Pedimos que se investigue, que se pueda dar con las asesinos, incluso pedimos a los asesinos, de verdad, el arrepentimiento. En medio del dolor no podemos pasar de vista también la capacidad de una llamada al arrepentimiento a él y una llamada a la conciencia de todos nosotros”, imploró el arzobispo metropolitano de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa, al instar a las autoridades panameñas a acelerar las investigaciones.
“Quiero que esta muerte dolorosa también sirva para llamar a la conciencia a todos nosotros y, sobre todo, para que juntos aquí ya tenemos que dejar a un lado todas las diferencias. Tenemos que trabajar de verdad para tener un país donde impere la cultura de la paz y la cultura del respeto”, subrayó, en declaraciones en la Curia Metropolitana de la capital panameña.
“Solo Dios tiene derecho a quitar la vida y últimamente en el mundo general y también en Panamá hemos perdido la capacidad de respetar la dignidad de la vida de todo ser humano”, añadió.
Gómez atendía la iglesia Madre de Dios en una antigua base militar de Estados Unidos en la misma región caribeña. Aunque hasta el momento no hay personas detenidas por este caso, se ha informado que “al menos tres malhechores pudieron estar involucrados en el hecho”, ha precisado el rotativa panameño La Prensa.
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