El presidente del gobierno del estado australiano de Nueva Gales del Sur, Barry O'Farrell, anunció nuevas medidas para combatir la violencia por el consumo de alcohol o drogas, tras la muerte de un joven que recibió un puñetazo durante las celebraciones del año nuevo en Sidney.
O'Farrell dijo en Sídney, la capital estatal, que convocará la próxima semana al Parlamento de Nueva Gales del Sur para pedir la aprobación de estas nuevas medidas, que incluye una condena mínima de 8 años de prisión obligatoria para las agresiones mortales causadas bajo el efecto del alcohol y las drogas.
Bajo las propuestas leyes denominadas "Puñetazo", los bares y otros locales con licencia para vender alcohol del centro de Sídney deberán cerrar sus puertas a la una y media de la madrugada y dejar de dispensar estas bebidas a las tres.
También se suspenderá la emisión de nuevas licencias para la venta de bebidas alcohólicas y las licorerías estarán obligadas a cerrar a las diez de la noche, entre otras medidas.
La propuesta legislativa se ha planteado tras la fuerte presión pública generada por las muertes de Thomas Kelly y Daniel Christie, ambos de 18 años, tras recibir puñetazos, respectivamente, en julio de 2012 y durante las últimas celebraciones por el Año Nuevo, en el popular barrio de Kings Cross.
Un reciente estudio del Consejo Nacional Australiano sobre Drogas señala que una de cada ocho muertes y una de cada cinco hospitalizaciones de australianos menores de 25 años están vinculadas con el consumo de alcohol. EFE