Quince insurgentes murieron en bombardeos lanzados el lunes por la noche por las Fuerzas Armadas de Pakistán en la zona tribal de Waziristán del Norte, en el noroeste del país.
De acuerdo con un comunicado remitido por el Departamento de Relaciones Públicas del Ejército, los fallecidos estaban implicados en algunos ataques terroristas recientes, como el que el domingo mató a 20 soldados en Bannu, en el noroeste del país.
Según los militares, los datos también vinculan a los insurgentes muertos con dos atentados contra una iglesia y un bazar en la ciudad de Pesháwar, cercana al cinturón tribal, en los que murieron un centenar de civiles en total.
Los bombardeos se produjeron tras recibir información de inteligencia sobre la localización de los refugios de la insurgencia e hirieron a una "veintena" de rebeldes.
El ataque fue confirmado a Efe por fuentes de la Administración local, aunque estas no pudieron aportar detalles sobre el número o la identidad de las víctimas.
Las dificultades de acceso a los remotos y montañosos enclaves del noroeste del país hacen casi imposible contrastar con fuentes independientes los datos aportados por el aparato de seguridad sobre los frecuentes combates con la insurgencia islamista.
El Ejército paquistaní ha sufrido en las últimas 48 horas dos duros golpes por parte del principal grupo talibán, el TTP.
Tras el atentado contra un convoy que el domingo mató a una veintena de soldados, este lunes seis militares murieron en un ataque suicida cometido en la ciudad norteña de Rawalpindi y a escasa distancia del cuartel general de las Fuerzas Armadas.
Pakistán ha experimentado el último año un notable incremento de la actividad terrorista y se ha roto una tendencia a la baja iniciada en 2010.
En los más de 1.700 atentados registrados en 2013 murieron cerca de 2.500 personas, un 19 % más que en 2012, según un informe presentado este mes por un centro de estudios especializado, el Instituto Paquistaní para Estudios de Paz (PIPS).EFE