El Gobierno paquistaní ha ordenado cortar por impago el suministro eléctrico a algunas de las principales instituciones del Estado, entre ellas el Parlamento y el Tribunal Supremo, informaron hoy medios locales.
El viceministro de Energía, Abid Sher Alí, anunció en rueda de prensa la decisión de suspender el suministro a 18 instancias oficiales y afirmó que se ha iniciado una campaña contra el robo de electricidad y la morosidad en el pago por orden del primer ministro, Nawaz Sharif.
Precisamente el Secretariado del Primer Ministro es una de las instancias afectadas, junto a otras como la sede de la Policía de Carreteras, la Casa Presidencial, la residencia del Jefe del Supremo y la Alcaldía de Islamabad, entre otras.
Sin embargo, la cadena local Geo informó a media tarde local que Sharif ha solicitado que se restablezca el suministro en el Supremo.
La polémica medida, que no se prevé que sea mantenida durante mucho tiempo, es un gesto del Ejecutivo en parte para frenar las crecientes manifestaciones que, como cada año, aparecen con la llegada del calor y de los cortes masivos de luz en todo el país.
Presa de un gran déficit energético, la subida de la temperatura y, por tanto, del consumo eléctrico por los aires acondicionados, dispara los cortes del suministro en todo el país, lo cual afecta en especial a las clases populares, que no pueden proveerse de baterías o generadores de gasóleo.
Uno de los factores clave que explica la falta de capacidad energética del país es el robo generalizado de electricidad y el impago endémico de las facturas, incluso por parte de las instituciones públicas.
Según los datos facilitados hoy a la prensa por el Gobierno, el Parlamento adeuda unos 1,2 millones de dólares en facturas de la luz, mientras que la Alcaldía de la capital debe unos 3,6 millones.
Se calcula que la llamada deuda circular, la cantidad que se adeuda en el país asiático a las compañías proveedores de energía, asciende en conjunto a cerca de 5.000 millones de dólares.
Según datos del Instituto del Petróleo de Pakistán, el país ha aumentado su consumo energía en cerca de un 70 % en los últimos 15 años y mientras la demanda no ha parado de crecer, la oferta se ha quedado estancada y apenas da respuesta al 60 % de lo requerido.
EFE