Tres voluntarios participaron en un experimento del programa espacial de China en el que se han alimentado básicamente de gusanos durante más de tres meses con el fin de probar que el ser humano puede mantenerse con este tipo de dieta en largos viajes por el cosmos.
Según cuenta el miércoles 21 el diario "South China Morning Post", los tres voluntarios, un hombre y dos mujeres, han estado encerrados en una estructura aislada del exterior, el "Palacio Luna Uno", en el que se ha intentado reproducir las condiciones de un viaje espacial y cómo repercutiría en ellos una dieta tan poco común.
Comer insectos y gusanos en el espacio, donde la dieta de los astronautas se complica en viajes de largo recorrido, es una idea que los investigadores chinos propusieron por primera vez hace cinco años, tras los primeros vuelos tripulados de astronautas de China por el cosmos.
El experimento actual se llevó a cabo en la Universidad de Aeronáutica y Astronáutica de Pekín, dotada de instalaciones capaces de crear un medio ambiente aislado del exterior a través de tecnologías bioquímicas.
Los voluntarios pasaron 105 días comiendo a diario docenas de larvas de tenebrio (un tipo de escarabajo) muy ricas en proteínas, y no mostraron ningún perjuicio físico o mental con esta dieta, pese a que ninguno de ellos la había seguido antes (en algunas regiones de China los gusanos son un ingrediente habitual de la gastronomía local).
La dieta seguida en el experimento no estuvo completamente basada en gusanos, puesto que un 45 por ciento de ella eran vegetales cultivados en el mismo entorno cerrado, aunque los investigadores plantean que en próximos estudios los sujetos aislados sí coman únicamente larvas.
"Pueden causar desagrado al principio, pero en realidad son la fuente alimentaria más limpia y sana", aseguró a los periodistas el investigador Hu Dawei, uno de los miembros del equipo que condujo el experimento.
Según Hu, otros países han considerado la posibilidad de enviar ganado junto a los astronautas en largos viajes espaciales futuros, pero esto plantea problemas como la dificultad de sacrificarlos en entornos cerrados y sin gravedad.
Además, "algunos astronautas, en largas expediciones espaciales, podrían desarrollar vínculos emocionales con estos animales", vaticinó el experto.
China, como otras naciones que desarrollan programas espaciales, se plantea la posibilidad de mandar en décadas venideras expediciones de larga duración o incluso crear asentamientos permanentes en la Luna o Marte, aunque una de las principales dificultades estriba en la alimentación de los "colonos".
En todo caso, los planes a corto plazo de China pasan de momento por desarrollar su estación espacial permanente (la "Tiangong", que orbitará alrededor de la Tierra) y las misiones de exploración a la Luna, que por el momento han sido no tripuladas.
EFE