Francisco de Miranda es considerado “el primer venezolano universal”, al desplegar sus armas en tres continentes: África, Europa y América, siendo el combatiente activo y más importante de su época: la Independencia de los Estados Unidos, la Revolución Francesa y la Independencia de Hispanoamérica.
Francisco de Miranda falleció de un ataque de apoplejía, un día como hoy, pero de 1816 en la fortaleza de “La Carraca” en Cádiz. Sus restos fueron sepultados en una fosa común, los cuales han sido buscado por científicos e historiadores durante años, sin suerte de encontrarlos.
Miranda participó en la Guerra de Independencia de Estados Unidos, denominada “Batalla de Pensacola” en 1781 y en la Revolución Francesa, “Batalla de Valmy en 1792.
Para 1798, fundó en Londres la logia “Gran Reunión Americana”, donde coordinó con algunos criollos los planes de lucha por la independencia de Latinoamérica. Encabezando una expedición libertadora en Venezuela en Coro en 1806, pero al encontrar la ciudad abandonada, se regresó a Londres.
Cuatro año después, específicamente en 1810, Francisco de Miranda regresa a Caracas al aceptar la invitación de Simón Bolívar, quien lo nombró Jefe del Ejército patriota y llegó a obtener importantes victorias, pero al negarse a la eliminación total de los enemigos, le dio ventaja a los hispanos de realizar una sanguinaria campaña sobre Puerto Cabello y Valencia.
Bolívar, dolido por el derrumbe de la República, acusó a Miranda de traidor, lo arrestó y entregó al español Monteverde, quien lo envió a Puerto Rico y poco después fue derivado a España.
A pesar de las torturas recibidas, Miranda mantuvo firme sus convicciones independentistas, quedando su aporte para la eternidad como uno de los precursores más sobresalientes del concepto de América com unidad.