AFP).- El Papa Francisco ha pedido por carta al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, que haga “todo lo posible” para poner fin a la violencia contra las minorías religiosas en el norte de Irak, anunció este miércoles el Vaticano en un comunicado.
“Las experiencias trágicas del siglo XX y la comprensión más elemental de la dignidad humana obligan a la comunidad internacional, en particular en virtud de las reglas y mecanismos del derecho internacional, a hacer todo lo posible para parar y prevenir toda violencia sistemática contra las minorías étnicas y religiosas“, escribe el Papa en este mensaje fechado el 9 de agosto.
“Los ataques violentos que están extendiéndose por todo el norte de Irak no pueden sino despertar las conciencias de todos los hombres y mujeres de buena voluntad para cumplir acciones concretas de solidaridad, para proteger a cuentos son golpeados y amenazados por la violencia y para asegurar la asistencia necesaria y urgente a los numerosos refugiados así como también el regreso a sus ciudades y a sus hogares”, advierte el pontífice argentino.
En su mensaje, el Papa reconoce que “confía” en que su llamado y el de de los Patriarcas Orientales y demás líderes religiosos de la región encuentre “una respuesta positiva”.
Francisco reitera en la carta su “cercanía espiritual” así como su “preocupación, y la de toda la Iglesia católica, por el intolerable sufrimiento de aquellos que solo desean vivir en paz, armonía y libertad en la tierra de sus antepasados”, escribió.
“Con el mismo espíritu, le escribo, señor Secretario General de la ONU, y coloco ante usted las lágrimas, los sufrimientos y los gritos desesperados de los cristianos y de las otras minorías religiosas de la amada tierra de Irak”, subraya.
Los esfuerzos internacionales se intensificaban este miércoles para evacuar a los miles los desplazados que encontraron refugio en las montañas del norte de Irak antes de que se agrave la crisis humanitaria por el avance de los yihadistas.
El patriarca de la Iglesia caldea en Irak, Monseñor Louis Sako, afirmó que 70.000 cristianos están refugiados en Ainkawa.
Según fuentes de la iglesia caldea de Irak, unos 100.000 cristianos fueron expulsados de sus casas y viven en la calle luego de la toma por los yihadistas de Qaraqosh y otras zonas alrededor de Mosul, en el norte.
Los desplazamientos de los cristianos se producen en condiciones especialmente dramáticas, dada la guerra en la vecina Siria y la presencia masiva de refugiados sirios en Líbano y Jordania.