Un régimen de dieta extrema puede ocasionar diabetes, males renales, anemia y anorexia, informó este jueves el nutricionista Pedro Tirado, del Sistema Metropolitano de la Solidaridad (Sisol).
Tirado advirtió que si las dietas para bajar de peso no son supervisadas por un especialista, las personas sometidas a estos drásticos cambios alimenticios pueden tener severos daños a su salud por un "efecto rebote".
"Dejar de comer harinas en extremo disminuye los niveles de glucosa, y si luego se vuelve a comer harinas en exceso los niveles de glucosa, se dispararán provocando la diabetes, ya que al haber un desorden alimenticio el páncreas no sabrá cómo actuar. Se produce una resistencia a la insulina", explicó.
Agregó que las dietas extremas a base de carnes y verduras pueden generar exceso de proteínas y afectar al riñón por abundancia de toxinas y ácido úrico, afectando aún más a personas que no están acostumbradas a consumir líquidos, propensas a la insuficiencia renal.
"Las dietas deben manejarse de forma individual, de acuerdo al estado de salud, nivel de actividad física, talla y edad del paciente. Esto con un análisis de colesterol, glucosa y triglicéridos para determinar su nivel de calorías y preparar una dieta beneficiosa", señaló, y recomendó la práctica de ejercicios físicos y evitar el consumo de alcohol y bebidas gaseosas a quienes desean adelgazar.
Además, aconsejó comer frutas y verduras durante todo el año, y precisó que una dieta balanceada, según la Organización Mundial de la Salud, debe contener, por día, tres frutas como mínimo y 200 gramos de ensalada tanto en el almuerzo como en la cena.
Destacó que las verduras aportan antioxidantes que ayudan a prevenir enfermedades degenerativas como el cáncer, diabetes, obesidad, así como fibras que mejoran la digestión y regulan los niveles de colesterol y triglicéridos. También poseen vitaminas y minerales importantes como la vitamina A, hierro, ácido fólico, que impiden el desarrollo de la anemia.
Tirado advirtió que si las dietas para bajar de peso no son supervisadas por un especialista, las personas sometidas a estos drásticos cambios alimenticios pueden tener severos daños a su salud por un "efecto rebote".
"Dejar de comer harinas en extremo disminuye los niveles de glucosa, y si luego se vuelve a comer harinas en exceso los niveles de glucosa, se dispararán provocando la diabetes, ya que al haber un desorden alimenticio el páncreas no sabrá cómo actuar. Se produce una resistencia a la insulina", explicó.
Agregó que las dietas extremas a base de carnes y verduras pueden generar exceso de proteínas y afectar al riñón por abundancia de toxinas y ácido úrico, afectando aún más a personas que no están acostumbradas a consumir líquidos, propensas a la insuficiencia renal.
"Las dietas deben manejarse de forma individual, de acuerdo al estado de salud, nivel de actividad física, talla y edad del paciente. Esto con un análisis de colesterol, glucosa y triglicéridos para determinar su nivel de calorías y preparar una dieta beneficiosa", señaló, y recomendó la práctica de ejercicios físicos y evitar el consumo de alcohol y bebidas gaseosas a quienes desean adelgazar.
Además, aconsejó comer frutas y verduras durante todo el año, y precisó que una dieta balanceada, según la Organización Mundial de la Salud, debe contener, por día, tres frutas como mínimo y 200 gramos de ensalada tanto en el almuerzo como en la cena.
Destacó que las verduras aportan antioxidantes que ayudan a prevenir enfermedades degenerativas como el cáncer, diabetes, obesidad, así como fibras que mejoran la digestión y regulan los niveles de colesterol y triglicéridos. También poseen vitaminas y minerales importantes como la vitamina A, hierro, ácido fólico, que impiden el desarrollo de la anemia.
ANDINA