Este viernes concluyó la ronda de diálogo de dos días celebrada en Ginebra a iniciativa de Naciones Unidas con el objetivo de poner freno a la crisis en Libia, que se encuentra en riesgo de caer en un profundo conflicto y un colapso económico.
Tras extensas deliberaciones, los participantes, que incluyen a las facciones que se disputan el poder, acordaron una agenda que conduzca a alcanzar un acuerdo político para formar un gobierno de unidad nacional.
También acordaron implementar medidas de seguridad para poner fin a los enfrentamientos y asegurar el retiro gradual de los grupos armados de todas las ciudades libias.
Así mismo, la Misión de Apoyo de Naciones Unidas en Libia (UNSMIL) informó en un comunicado que las partes conversaron sobre medidas de confianza mutua para asegurar la unidad nacional y aliviar el sufrimiento de la población.
Esas medidas incluyen la apertura de los aeropuertos y la protección de rutas terrestres y marítimas, así como abstenerse de atacar infraestructura vital.
El proceso de diálogo se reanudará la próxima semana y cuenta con la mediación del jefe de la UNSMIL, el diplomático español, Bernardino León.
La próxima semana se incorporarán al diálogo representantes de las municipalidades y de los grupos armados, así como de los partidos políticos, personalidades del sector social y líderes tribales