Cuando Charles Darwin llegó a bordo del Beagle a las Islas Galápagos en 1835, un hecho en particular le llamó profundamente la atención.
En cada una de las islas que conforman este archipiélago situado a unos 900 kilómetros de la costa de Ecuador, los pinzones tenían un pico diferente.
Esta diferencia que observó en las aves fue la que le hizo pensar que las especies no eran estables, sino que cambiaban sus características físicas para adaptarse a las presiones del entorno.
Así, el naturalista británico comenzó a darle forma a su teoría de la evolución.
Ahora, un equipo de investigadores de Suecia y Estados Unidos, identificó el gen responsable de estos cambios.
Tras analizar el genoma de 120 individuos de 17 especies (15 de los pinzones de Darwin y 2 de especies relacionadas que habitan en América del Sur y el Caribe), encontraron que las diferencias en el gen ALX1 daban como resultado picos diferentes entre las especies (unos más puntiagudos, otros más achatados) y, también, diferencias dentro de una especie.
Radiación adaptativa
“Darwin se quedó muy sorprendido por la diversidad de picos en especies que, por otro lado, eran muy similares”, explicó Leif Anderson, profesor de la Universidad de Upsala, en Suecia, y autor del estudio.
El caso de los pinzones en las Galápagos representa un ejemplo de lo que se conoce como “radiación adaptativa”.
El ancestro de todas esas variedades llegó del continente a las islas hace alrededor de un millón y medio de años.
De acuerdo a la teoría de la evolución, las aves se adaptaron rápidamente a los recursos y alimentos disponibles en cada isla.
Donde abundaban las semillas duras, por ejemplo, resultaba más conveniente tener un pico más robusto.
Este aislamiento relativo, que restringió el flujo genético entre las poblaciones de pinzones, dio lugar a 15 especies distintas, que difieren también -aunque en menor medida- en su cuerpo, su comportamiento y en su canto.
Ambiente y genes
Según explica Anderson, las variaciones en el gen ALX1 -responsable también de defectos faciales en los seres humanos- no es el único que controla las variaciones en el pico.
“Hay múltiples genes que contribuyen. Pero pensamos que el ALX1 es uno de los factores más importantes, sino el que más, ha cambiado en la isla”.
El estudio también reveló una gran “flujo de genes” entre las especies.
Esto quiere decir que continuaron cruzándose, luego de diversificarse tras llegar a las islas.
En opinión de los investigadores, este cruce de genes es muy importante para la evolución de estas aves.
Las ocasionales hibridaciones, señalan, fueron fundamentales para la aparición algunas nuevas especies.
En particular, notaron que el aumento o la disminución de los picos puntiagudos en una especie -el pinzón terrestre mediano (Geospiza fortis)- fue impulsada por la cruza con una especie diferente (de pico puntiagudo).
“Este es un descubrimiento muy emocionante para nosotros”, señaló Rosemary Grant, investigadora de la Universidad de Princeton quien participó en el estudio.
“Demostramos anteriormente que la forma del pico en el pinzón terrestre mediano había sufrido una rápida evolución en respuesta a los cambios en el medioambiente. Ahora sabemos que la hibridación mezcla las diferentes variantes de un gen importante, el ALX1″.