Durante un acto encabezado por el presidente Nicolás Maduro, en Academia Militar para celebrar el 4 de febrero Día de la Dignidad Nacional, fue proyectado un video para conmemorar a Hugo Chávez, tras esta fecha histórica, donde el fallecido Presidente asumió su responsabilidad del Movimiento Militar Bolivariano, en 1992.
En el video, Chávez fue recordado cuando anunció ante los medios de comunicación: “Compañeros lamentablemente por ahora los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital; es decir, nosotros en Caracas no logramos controlar el poder, ustedes lo hicieron bien por allá, pero ya es tiempo de evitar más derramamiento de sangre (…) para quepor favor reflexionen y depongan las armas”.
La historia del “por ahora”
El comandante Hugo Chávez contó en una entrevista en 2002 la historia del “Por Ahora”, la frase que el 4 de febrero de 1992 resumió la esperanza de millones de venezolanos y que se convirtió en consigna popular.
“Ese Por Ahora salio del subconsciente. Era una voz interior; la conciencia que uno tiene que aprender a oír”, cuenta Chávez, comandante de la Rebelión Militar de aquel 4 de febrero, en la entrevista que forma parte del documental Fragmentos de una vida, transmitido este miércoles por Venezolana de Televisión.
Chávez recuerda que sus palabras de ese día, así como sus discursos como Presidente de Venezuela, no eran expresiones calculadas.
“En aquel momento no me las había pensado”, rememora el comandante.
Esa mañana del 4 de febrero, hace 23 años, Chávez le anunció a los jóvenes a su mando que la operación debía cesar. Ya habían muerto varios hombres y él había sido detenido.
“Compañeros, lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital. Es decir, nosotros acá en Caracas, no logramos controlar el poder.Ustedes lo hicieron muy bien por allá, pero ya es tiempo de evitar más derramamiento de sangre. Ya es tiempo de reflexionar y vendrán nuevas situaciones y el país tiene que enrumbarse definitivamente hacia un destino mejor”, avizoró Chávez, en los 45 segundos que habló frente a las cámaras de los medios nacionales de comunicación.
Sobre la rebelión y su mensaje, Chávez reflexiona y dice que se trató de una causa por la justicia.
“Todo fue como causas remotas, causas que nos llevaron a una corriente de militares jóvenes a revelarnos por la justicia y luego me correspondió asumir el comando de aquella operación, salir a dar la cara al país”.
Y no podía ser de otra manera, Chávez cuenta que una de sus motivaciones para la rebelión vino luego de El Caracazo, el estallido social del 27 de febrero de 1989, en el que fueron asesinadas centenares de personas en protesta contra las medidas neoliberales del Fondo Monetario Internacional (FMI), impuestas por el presidente Carlos Andrés Pérez.
Ese día, soldados de la República masacraron a cientos de venezolanos empobrecidos tras un paquete de medidas neoliberales que los dejaban desprovistos de derechos humanos como la educación, la vivienda o la salud.
“Tenía que convencerme de que Bolívar tenía razón cuando decía: ‘maldito el soldado que vuelva las armas contra su pueblo’ y me vi hundido en esa realidad tan dolorosa y difícil de ver cómo los soldados venezolanos eran mandados a que disparar contra nuestro pueblo para que jóvenes, niños, hombres y mujeres cayeran bajo aquella rebelión popular”.
Tres años después, vino el 4 de febrero y luego la prisión en Yare. “Tú puedes estar encadenado pero eres libre porque estas haciendo lo que tu conciencia te manda yo estaba en la cárcel y no me sentía preso, en las noches imaginaba el mundo afuera, esto me permitió fortalecer la conciencia de estar donde debería de estar y hacer lo que debía hacer, me fortalecí más”, destaca.
Aun así, recuerda que la rebelión, aunque necesaria, fue una decisión personal muy dolorosa.
“Jamás en mi vida voy a olvidar el dolor de aquella noche cuando fui a darle un beso a mis hijos y estaban dormidos los tres y yo no sabia si volvía. Era la noche de una rebelión, era Rosa Virginia de 11 años , María de 9 y Hugo de 7, arropaditos esperando la hora del colegio, les di un beso y les dije adiós. Un dolor incomparable, yo no le deseo a ningún padre que le de con sus acciones un dolor de ese tamaño a sus hijos”.
Con información de AVN