(Pekin, 4 de febrero- EFE) - La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, abandonó la silla de ruedas y desfiló este miércoles con una bota ortopédica junto a su homólogo chino, Xi Jinping, en la ceremonia de bienvenida en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín.
“Cuando me dijeron que tal vez no podría viajar producto de este percance que había tenido en mi salud, yo les aseguré que de cualquier manera iba a venir a China porque no iba a interponerme una cuestión de salud a mi deseo realmente de estar aquí”, señaló Fernández a Xi tras la ceremonia, al dar inicio la reunión bilateral.
No obstante, Fernández subrayó que su visita a China es “un gran esfuerzo personal”,aunque “las cosas que cuestan esfuerzo personal y colectivo suelen ser siempre más fructíferas”.
La mandataria informó el sábado en un tuit que al iniciar su visita esta semana a China podría dejar la silla de ruedas en la que debe desplazarse desde finales de diciembre por una fractura en el tobillo izquierdo, que le impedía caminar.
Xi Jinping recibió hoy a la mandataria argentina en el Gran Palacio del Pueblo, la sede del legislativo de la potencia asiática, donde tuvo lugar la protocolaria ceremonia de bienvenida en la que ambos escucharon los himnos de sus países en un podio.
Un traje sastre con un pantalón de corte ancho le permitió llevar una bota ortopédica en la pierna izquierda y así poder caminar, si bien con una ligera cojera.
Aún así, Fernández se mostró segura de sí misma y declinó con un gesto la ayuda de una militar china para bajar las escaleras del podio, camino de la revista a las tropas.
Tras pasar revista junto a Xi, un numeroso grupo de niños chinos, provistos de pequeñas banderas de ambas naciones y ramilletes de flores, vitorearon entre saltos a los dos presidentes, en lo que supone ya una costumbre en estas ceremonias con dirigentes extranjeros de visita en Pekín.
Antes de reunirse a puerta cerrada con el Gabinete chino, Fernández destacó el gran interés que tiene Argentina “en afianzar y profundizar una alianza” entre ambos países y agradeció a Xi el “deseo de pronta recuperación sobre su tobillo fracturado” que le trasladó.
Respecto a este deseo, Fernández explicó que comenzó a caminar de nuevo en Pekín y calificó este hecho como “un buen signo”.
“Voy a terminar mi recuperación aquí y seguramente mis próximas actividades en mi país las podré desempeñar sin el auxilio de esta bota que tengo colocada”, indicó