Todos al ataque, todos al Camp Nou. Así de simple se resume el partidazo de esta noche (20,45 h.) entre el Barça y el Paris Saint Germain, con el premio gordo de estar en la semifinal de la Champions League, la competición más universal del fútbol si de clubs hablamos. El resultado del partido de ida, ese 1-3 en el Parque de Los Prícipes, le da a los azulgrana una ventaja importantísma, pero ante equipos de tanto nivel es fundamental no darles ni una oportunidad para creer. Por eso Luis Enrique repitió la víspera la receta que siempre ha anticipado en las previas de sus partidos: su Barça irá a ganar, no a especular. Al PSG no le queda otra; no le vale ni un 0-2.
Por estilo, el Barça buscará ganar el partido para ganar la eliminatoria. Cualquier elemento motivador pesa y el de pasar a la penúltima instancia del torneo como el mejor semifinalista puede ser gasolina para hoy y un golpe de autoridad para mañana.
La necesidad guía al PSG y simplifica al máximo su plan. Si quiere superar los cuartos de final, un reto histórico, el equipo de Laurent Blanc sabe que necesita marcar como mínimo tres goles. Para ello, se autosugestiona recordando su gran partido en Londres ante el Chelsea, en la ronda de octavos, cuando traía un mal 1-1 de París y pasó empatando a dos pese a la expulsión temprana de su gran estrella, Zlatan Ibrahimovic.
Precisamente, esa es otra de las bazas morales del PSG para aferrarse a sus posibilidades. El goleador sueco, ex del Barça, jugará tras purgar su sanción, lo mismo que el italiano Marco Verratti, su faro. Por contra, Blanc no podrá contar con el jefe de la defensa, Thiago Silva, ni con el mediocentro ex barcelonista Thiago Motta.
Duelo de mosqueteros del área
Es evidente que habrá una gran acumulación de talento esta noche en el Camp Nou, con jugadores capaces de ser determinantes por ambos bandos. Especialmente ese duelo de mosqueteros del área, con Leo Messi, Luis Suárez y Neymar, por parte del Barça, y Javier Pastore, Edinson Cavani y Zlatan Ibrahimovic, por parte del PSG. En el Barça, se registra el regreso de Dani Alves, que fue baja por sanción en el partido de la semana pasada en Francia y la noticia positiva de que Andrés Iniesta, ausente ante el Valencia tras un golpe sufrido en París, vuelve a estar a disposición de Luis Enrique.
La plantilla culé, en general, presenta un óptimo estado físico, sobre todo teniendo en cuenta la elevadísima exigencia del calendario. Ese es uno de los méritos indiscutibles de Luis Enrique, aparte de recordar la obviedad de que el técnico asturiano tiene a su equipo como líder de la Liga, en la final de la Copa y con un 1-3 a favor en la ida de los cuartos de final de la Champions League.
La respuesta del Barça en las citas de máxima exigencia es otro punto a favor en la trayectoria de Luis Enrique. Ha ganado la mayoría de partidos grandes y sólo ha perdido en el Bernabeu ante el Madrid y, ojo, contra el PSG en París en la fase de grupos de la Champions. Claro que también le ganó 3-1 en la devolución de visita.
Se merecen otro entradón
Liderados por el genio de Leo Messi, la ayuda goleadora de Suárez y Neymar está siendo inestimable también en Europa. De los 21 goles continentales del Barça, 18 de ellos llevan su firma; ocho el argentino, seis el uruguayo y cuatro el brasileño, en un equipo que trabaja solidariamente para el brillo de sus cracks. Todos se merecen que el Camp Nou sea hoy otra vez una ayuda extra, como lo fue ante el Valencia, ante el Madrid o ante el City. El duelo de octavos de Champions, tras un 1-2 en Manchester, es un precedente alentador: 92.551 espectadores empujaron al Barça a cuartos. Por lo menos deben volver los mismos para poner al equipo culé a apenas dos pasos de la final de Berlín.MD