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martes, 21 de abril de 2015

España no recuperará hasta 2017 todo el PIB perdido en la crisis

A España le está costando casi 10 años volver a recuperar el volumen de PIB que tenía antes de la crisis. La anunciada “década perdida” para el crecimiento serán al final nueve años, si se cumplen las previsiones del Fondo Monetario Internacional, lo que convierte a España en uno de los países de la zona euro a los que más les ha costado recuperar el terreno perdido. Solo Portugal, 
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde
Eslovenia, Finlandia, Italia y, sobre todo, Grecia tardarán más en regresar al punto en que estaban antes de empezar a caer en la Gran Recesión, que para unos países comenzó en 2007 y para otros en 2008.

La economía española fue de estas últimas, el ladrillo pinchó primero en la Bolsa y tardó en contagiar por completo a la economía real, algo que permitió al entonces Gobierno socialista aferrarse a la idea de que lo que vivía el país en 2008 era una desaceleración económica y no una crisis en toda regla. Más de siete puntos del PIB se evaporaron desde entonces en una doble recesión, pero el ritmo de la economía se ha acelerado en los últimos meses y, si el año pasado la economía creció el 1,4%, este año lo hará un 2,5%, según el Fondo, que es prudente, porque otros servicios de estudios como el Banco de España lo elevan al 2,8%.
Fuentes del Fondo admiten lo prudente de los pronósticos. Pero las previsiones del FMI llevan un mensaje para el Gobierno español, el actual y el que pueda salir de las próximas elecciones generales, y es que la actual fórmula de crecimiento no basta, que las reformas necesarias para un crecimiento sostenible no han terminado y que el tirón de 2015 puede quedarse en un solo año de luz.


El despertar de la demanda interna y los estímulos del Banco Central Europeo (BCE) han llevado al Fondo a situar en el 2,5% las previsiones para este año, pero al siguiente ya calculan medio punto menos de expansión (2%) y entre 2017 y 2020 se reduce drásticamente el ritmo a entre el 1,7% y 1,8%. “La complacencia sería realmente mala, ese sería el motivo por el que no se produzca una explosión de crecimiento en los próximos años, cualquier persona que mire los datos de paro se da cuenta de que esa complacencia no puede darse”, explican fuentes cercanas al Fondo.
La institución que dirige Christine Lagarde se alinea con el presidente del BCE, Mario Draghi, para que España dé una vuelta de tuerca a la reforma laboral y pruebe nuevas fórmulas para solucionar un problema de paro endémico. En el Fondo también ven con asombro la baja productividad de las empresas españolas con relación a sus socios del euro, y que las sucesivas reformas educativas tampoco acaben de cuajar. 
La misión del Fondo para España visitará este verano el país. Tradicionalmente, los técnicos se reúnen con partidos políticos de la oposición, lo que volverán a hacer este año, por lo que es muy probable que se vean por primera vez con Ciudadanos y Podemos este verano.Porque recuperar el PIB no implica necesariamente recuperar la economía, en general, por eso en empleo, el horizonte es menos alentador. Esa bolsa de más de cinco millones de parados no se reducirá de forma sustancial ni siquiera en 2020, último año en el que el FMI se atreve a hacer estimaciones. Para ese año, la tasa de paro aún superará el 20%, un nivel que solo puede compararse con la quebrada Grecia.
Francia y Alemania crecerán muchos menos que España, según los pronósticos: un 1,16% y un 1,6%, respectivamente. Pero el PIB de ambas economías recobró su nivel precrisis hace ya cuatro años. Italia, en cambio, no atisba esa recuperación en las previsiones del Fondo ni siquiera en 2020, al igual que Grecia, lo que también puede llevar el mensaje implícito de que el Gobierno de Renzi debe seguir tomando medidas. La gran preocupación de fondo de los expertos es que el repunte de la zona euro dependa con exceso de estímulos monetarios que cada vez crean más riesgos financieros.Si algo hay claro en Washington, aunque nunca admitido de forma pública, es que nadie espera que el Gobierno tome medida alguna de calado en los meses que quedan de legislatura. Incluso la ley de Servicios Profesionales, que fue presentada a la prensa el pasado verano para aprobarse de forma inminente —y España se la lleva prometiendo al Fondo desde al menos 2007—, se ha quedado de repente guardada en el cajón. 
El ministro de Economía, Luis de Guindos, dejó claro este fin de semana en su visita a la capital, por la reunión del G-20, que el Ejecutivo de Mariano Rajoy está más que satisfecho con sus medidas. “El contraste en el crecimiento es consecuencia de las políticas económicas de este Gobierno, España ahora es un ejemplo”, dijo en un encuentro con periodistas, y agregó que es el país que más reformas había llevado a cabo. Sobre una nueva reforma laboral, insistió en que las actuales han funcionado.EL PAIS