Las fuerzas armadas estadounidenses reconocieron por primera vez la muerte de civiles en los bombardeos que dirige en Irak y Siria, al admitir que dos niños murieron en un ataque que se llevó a cabo en noviembre del año pasado cerca de Harem, en Siria, contra el grupo extremista Khorasan.
“Lamentamos esas muertes no intencionales”, señaló en un comunicado el general estadounidense James Terry, jefe del CJTF, comando que por cierto dirige los ataques aéreos de la coalición en esos dos países.
La investigación estadounidense concluye que los ataques aéreos dirigidos contra las instalaciones del grupo Khorasan cerca de la ciudad de Harem provocaron probablemente la muerte de dos niños no combatientes.
Antes del ataque, las fuerzas estadounidenses habían hecho una rigurosa evaluación de las infraestructuras a las que se apuntaba y concluyó que el grupo las utilizaba únicamente con fines militares.
Al parecer, en esta evaluación, no había indicación alguna de que dentro estaban niños. El ataque provocó también heridas ligeras a dos adultos que vivían cerca.
Fuente: AFP