Cuba y Estados Unidosvolvieron a estrechar relaciones diplomáticas luego de varios años de larga enemistad que muchos pensaron nunca iba a acabar. Todos menos Fidel Castro, quien en 1973 hizo una predicción que hoy parece cumplirse a cabalidad.
Corría el mes de setiembre de 1973. Richard Nixon asumía su segundo mandato como presidente de Estados Unidos y terminaba la guerra de Vietnam. Mientras que Fidel Castro llevaba catorce años como primer ministro de Cuba y las relaciones con el país vecino eran nulas. Fue en ese contexto adverso que el líder de la revolución cubana se atrevió a responder una complicada pregunta.
Durante una rueda de prensa, el periodista Brian Davis, de una agencia inglesa, le preguntó: "¿Cuándo cree usted que se podrán restablecer las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, dos países tan lejanos a pesar de la cercanía geográfica?". La repuesta de Castro acabó convirtiéndose en una predicción.
Fidel Castro miró fijamente al reportero y respondió en voz alta, para que lo escuchara todo el auditorio. "Estados Unidos vendrá a dialogar con nosotros cuando tenga un presidente negro y haya en el mundo un Papa latinoamericano".
Algunos hombres de prensa se rieron, otros, incrédulos, hicieron una mueca irónica y ninguno de los que estaba en la habitación creyó la predicción de un Castro convertido en Nostradamus. El tiempo y la circunstancia convertirían una irónica respuesta en una sombrosa predicción.
Esa es la anécdota que el periodista y escritor argentino Pedro Jorge Solans rescató en un reciente viaje a Cuba mientras realizaba un reportaje sobre el restablecimiento de las relaciones entre EE.UU. y Cuba que publicó en El Diario de Carlos Paz.
