El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, condenó enérgicamente el doble atentado suicida cometido el 22 de julio en Maroua, la capital del extremo norte de Camerún.
Los ataques –que según algunos testigos fueron perpetrados por mujeres– ocurrieron con poco tiempo de diferencia en un mercado y en un barrio con alta densidad de población.
Los informes preliminares indican que las explosiones causaron al menos 15 muertes y dejaron decenas de heridos.
En un comunicado de su portavoz, Ban Ki-moon reiteró su apoyo al gobierno de Camerún y a los países de la región y los alentó a fortalecer la cooperación para detener la amenaza que supone Boko Haram con estrategias que se ajusten a las leyes internacionales humanitarias, de refugiados y de derechos humanos.
Asimismo, el titular de la ONU ofreció sus condolencias a las familias de las víctimas y al gobierno y pueblo cameruneses.