La reciente muerte de dos mujeres chinas que acababan de dar a luz ha generado en el país un debate sobre la conveniencia o no de mantener la tradición del “zuoyuezi”, según la cual una mujer que acaba de tener un niño no puede salir de casa durante un mes y debe seguir otras normas espartanas.
Una de estas madres falleció esta semana de un ataque al corazón en Shanghái (este del país) tras pasar varios días envuelta en una gruesa manta, soportando altas temperaturas y fuerte humedad, y la otra murió hace unos meses de trombosis pulmonar por pasar varias semanas tumbada.
Estos casos, que algunos consideran no aislados, han motivado que algunos médicos y expertos hayan alertado contra las prácticas tradicionales chinas postparto, comúnmente conocidas como “zuoyuezi”, que podría traducirse literalmente como “hacer el mes”.
La más extendida de estas prácticas, seguidas desde hace siglos y que todavía cumplen muchas mujeres chinas, incluso en áreas urbanas, estipula que la nueva madre no ha de salir de casa durante los 30 días posteriores a dar a luz.
Durante ese mes ha de pasar el mayor tiempo posible postrada en la cama y lejos de las ventanas, debe recibir pocas visitas y necesita mantenerse caliente mediante mantas, bebiendo agua caliente y sometida a otras costumbres consideradas como métodos naturales.
Numerosas cosas están prohibidas en el mes del zuoyuezi, incluyendo aparatos de aire acondicionado -incluso en el cálido y húmedo verano chino-, largas conversaciones por teléfono o baños y duchas, un veto que algunas extienden al cepillado de dientes.
Las seguidoras más estrictas no leen libros ni ven la televisión ni usan la pantalla del móvil, pues los ojos tienen que descansar, aunque sí se permite la radio o escuchar música.
El “zuoyuezi” incluye una compleja lista de alimentos que se deben comer en el sensible mes (entre ellos carne, ajo, frutos secos, calabaza) y otros que no (frutas, verduras, cereales, comida picante o excesivamente salada).
También se desaconsejan grandes expresiones de sentimientos, como llorar o reír a carcajadas, y con respecto a su bebé, no debe tenerlo en brazos excesivamente, ya que la milenaria tradición considera que el recién nacido puede volverse excesivamente dependiente, o incluso tener un mal desarrollo de sus huesos.
A la hora de dar de mamar -una práctica no demasiado popular en la tradición china, y que las madres intentan abandonar lo antes posible- ha de hacerlo postrada en la cama y con el bebé a su lado.
Estas prácticas descansan en creencias relacionadas con los principios del taoísmo (el popular principio del yin y el yang, según el cual hay que buscar el equilibrio en todo), por el que la madre tras el parto tiene un exceso de “frío” o “yin”, que debe combatir atrayendo elementos “calientes” o “yang”.
“Se considera que una madre que acaba de tener un niño ha de tener en su cuerpo una gran cantidad de sangre, un elemento que se considera ‘caliente’, y se piensa que debe nutrirse con cosas igualmente calientes o llevar más ropa de lo normal”, explicó el profesor Wang Xiaoli, experto en salud pública de la Universidad de Pekín, citado por la agencia Xinhua.
Pero para algunos, especialmente en el sector médico, estas prácticas son una tradición sin base científica.
Zhang Yun, enfermera del departamento de Ginecología y Obstetricia de la Universidad de Fudan, recordó que el confinamiento en casa tras el parto durante un excesivo número de días puede causar graves daños circulatorios o del sistema nervioso.
“Son supersticiones ignorantes”, señala un internauta en los foros generados en las redes sociales chinas tras las dos muertes.
Pese a estos debates, la costumbre de “hacer el mes” sigue siendo una de las tradiciones más populares incluso en la China más moderna y urbana: recientes encuestas señalaron que un 71,9 por ciento de las mujeres no se lavan el pelo en el primer mes de maternidad.
Así como en Occidente existe la superstición de que los “antojos” de las embarazadas pueden tener consecuencias físicas en los bebés, muchas ancianas chinas creen que los problemas de la vejez, como las migrañas, los dolores de espalda o la artritis, tienen su origen en no haber seguido un estricto “zuouyuezi” cuando fueron madres.
Fuente: EFE