El Gobierno brasileño entregó al Congreso el proyecto de presupuesto nacional para 2016, que prevé un déficit fiscal equivalente al 0,5 % del Producto Interno Bruto (PIB) y un crecimiento económico del 0,2 %, informaron fuentes oficiales.
El proyecto fue entregado por los ministros de Hacienda, Joaquim Levy, y Planificación, Nelson Barbosa, y se trata de la primera vez que el Gobierno admite en un cálculo de esa naturaleza que no podrá recaudar el dinero necesario para financiar el gasto público, lo cual revela la dimensión de las dificultades económicas del país.
El déficit fiscal primario previsto para el año próximo es de 30.500 millones de reales (unos 8.472 millones de dólares), una suma que el Gobierno se propuso compensar con la creación de un nuevo impuesto, que después de unas negociaciones con los partidos de la coalición oficialista fue finalmente descartado por la presidenta Dilma Rousseff.
El proyecto presentado a las cámaras también prevé para 2016 un crecimiento económico del 0,2 %, que va en contra de los pronósticos de los analistas del sector privado, que esperan para el año próximo una contracción del 0,40 %, según una encuesta divulgada hoy por el Banco Central.
El documento también calcula para 2016 una inflación del 5,4 %, cercana al 5,51 % que prevé el mercado financiero.
La economía brasileña atraviesa por unas profundas turbulencias y el Gobierno admite que este año se encogerá un 1,49 %, aunque expertos del sector privado elevan esa tasa a un 2,26 %.
El ministro Barbosa explicó en rueda de prensa que el Gobierno apuesta en que en 2016 aumentará el ritmo de las exportaciones y que el país podrá atraer un mayor volumen de inversión extranjera, lo cual fundamenta su expectativa en relación a una ligera recuperación del crecimiento el año próximo.
Según datos oficiales, la economía brasileña ya ha entrado en una recesión técnica, pues en el segundo trimestre de ese año se achicó un 1,9 %, que siguió a la contracción del 0,7 % registrada en los tres primeros meses.
Barbosa también afirmó que el Gobierno mantendrá intocables los programas sociales mediante los cuales subsidia a unas 50 millones de personas y que también continuarán los planes de construcción de viviendas populares y otros dirigidos a auxiliar a los más pobres.
Asimismo, subrayó que en el proyecto presentado al Congreso se propone un aumento del salario mínimo, que pasaría de los actuales 788 reales (219 dólares) a 865,5 reales (240 dólares) en 2016.
EFE